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Un comunicador que se reconvirtió en ecologista

El periodista de la antigua RTVV llegó a la conselleria tras hacerse con el control del grupo fundador de Compromís

Julià Álvaro, en foto reciente. pilar cortés

Julià Álvaro ha estirado tanto la cuerda que la ha roto. El experiodista en la antigua RTVV, que aterrizó en els Verds-Esquerra Ecologista para introducirse en Compromís, pronto se convirtió en referente ecologista tras sumar a Equo, una formación de ámbito estatal, al ecologismo valenciano que a su vez fue uno de los cofundadores de la coalición. Hace unos meses históricos ecologistas se vieron obligados a abandonar la formación. Sus dotes de liderazgo y facilidad de comunicación, que nadie discute, le convirtieron en líder de la pata verde de Compromís y por extensión en uno de los cuatro portavoces de la coalición de izquierdas, junto a Mónica Oltra, Àgueda Micó y al alcalde de València, Joan Ribó.

En el proceso de primarias de la coalición para las elecciones de 2015 trató de dar el salto a las Cortes, pero el también ecologista Juan Ponce le ganó en las primarias por la provincia de València para acceder al Parlamento. Pero subido a la ola de Compromís y a su éxito electoral de 2015 y ya excluido de les Corts, Álvaro se imaginó a sí mismo como el primer conseller verde del Botànic. Realmente estuvo cerca de conseguirlo. Sin embargo, la necesidad de ajustar mestizajes y paridad entre los dos partidos que gestionan la Generalitat, PSPV y Compromís, acabó por situarle de número dos de la conselleria de Medio Ambiente. Cuentan en Compromís que nunca lo llegó a asumr y trató de llevar siempre la voz cantante en la conselleria aunque ya no le correspondía. Fuentes de la Generalitat incluso deslizan que nunca soportó tener que recibir órdenes de una mujer, en este caso la consellera Elena Cebrián. La situación prontó se tornó insostenible y la ruptura se hizo inevitable.

Aseguran en Compromís que al final ha puesto a todos en su contra. También a los verdes históricos, los socios fundadores de la coalición junto al Bloc e Iniciativa, que ya no estaban cómodos con el liderazgo de Álvaro y que también han dado el visto bueno a su destitución y sobre todo a la llegada de Fran Quesada al cargo. La salida a instancias de la consellera del director de la empresa pública Vaersa, Vicent Garcia, muy cercano a Álvaro y también de dos de sus asesores sustituidos por otros más cercanos a Iniciativa, el partido de Mónica Oltra, fueron pulsos ganados por Cebrián, que no obstante seguía incómoda con su secretario autonómico, aunque este iba perdiendo espacio.

Ayer, siguiendo su máxima de que las destituciones no se anuncian, solo se ejecutan, Oltra decidió cortar políticamente la cabeza de Álvaro. Muy pocos en el Consell y menos en la dirección de Compromís sabían el jueves lo que iba a ocurrir. Fuentes de la coalición apuntan que lo que más ha molestado es que se atribuya éxitos que no le correspondían y también que las luchas internas por el poder molestan mucho a sus bases porque son guerras de personalismos que el partido no debería permitir, ya que ello provoca desafección. Este diario se puso ayer en contacto con el secretario autonómico destituido, que declinó realizar cualquier valoración sobre la decisión que había tomado el gobierno.

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