El PP se moviliza para intentar frenar el impacto de los juicios por corrupción que le envuelven en la Comunidad Valenciana y, de paso, tratar de frenar el avance de Ciudadanos. Justo unos días después de la confesión de Ricardo Costa sobre la financiación ilegal de los populares en la Comunidad durante el juicio de la Gürtel, los dos pesos pesados del Gobierno -Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría- visitarán la Comunidad Valencia para tratar de insuflar respiración asistida a la cúpula autonómica popular, que pasa por uno de sus peores momentos desde las elecciones autonómicas de 2015 cuando perdieron casi todo el poder institucional. Mañana mismo llega Mariano Rajoy para una visita al aeropuerto de Alicante. Un evento que, con toda segurida, estará centrado en la acción inversora de Madrid en la provincia. Será la segunda vez que el presidente del Gobierno pisa la Comunidad en sólo unos días tras la inauguración del AVE a Castellón. Pero además ayer mismo la vicepresidenta apadrinó el arranque de la campaña electoral de Isabel Bonig para las autonómicas de 2019 durante una conferencia celebrada en València.

La número dos de Mariano Rajoy presentó ayer a Bonig en una convocatoria que le sirvió a la presidenta regional del PP para trazar una serie de medidas en las que centrará su propuesta electoral en los comicios de dentro de año y medio. Soraya Sáenz de Santamaría llegó a València para dejar claro que, en estos momentos, las quejas del Consell sobre el trato que recibe desde Madrid no están justificadas. Puso en valor inversiones como el Corredor Mediterráneo, elogió el crecimiento económico, abrió la posibilidad a negociar la reforma de la financiación autonómica -bloqueada desde enero de 2014- en la misma línea que Cristóbal Montoro sugirió por la tarde en el Congreso aunque siempre que se pueda llegar a un gran acuerdo y sacó pecho de las aportaciones que ha recibido la Comunidad desde 2012 a través de las arcas del Estado. La segunda más favorecida, dijo, de acuerdo a los datos que ofreció pero que rebatió el conseller Vicent Soler. La Generalitat aseguró que esas inyecciones, en realidad, son préstamos que han generado gastos por dos mil millones en interéses al Consell a lo largo del último lustro.

Pero, además, Sáenz de Santamaría aprovechó su visita para anunciar el nombramiento de Rubén Moreno, diputado en el Congreso por València, como nuevo secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. No es una cuestión menor. Como se recordará, la elección del último gobierno de Rajoy se saldó sin ningún miembro del PP de la Comunidad Valenciana en el Consejo de Ministros ni tampoco entre los principales cargos del segundo escalón. En la cúpula autonómica popular valoran todo este movimiento como un gesto desde Génova que avala el concepto del «nuevo PP» pero que también supone un trampolín para lanzar la candidatura de Isabel Bonig.

La líder regional del PP, de hecho, aprovechó la conferencia en la que fue presentada por Soraya Sáenz de Santamaría para esbozar algunas de las medidas con las que pretende llegar a la Generalitat en 2019. De acuerdo con un comunicado que difundió, Bonig plantea una bajada masiva de impuestos con la eliminación del de patrimonio o el de sucesiones; reducción del tamaño de la administración autonómica; libertad educativa para elegir la lengua vehicular y el centro, un plan de fomento del valenciano en zonas castellanoparlantes y una apuesta por la inmersión lingüística en inglés en el 20% de los centros; un decreto para blindar los tiempos máximos de listas de espera en la Sanidad; un plan de modernización de regadios; y ampliar las ventajas para autónomos y emprendedores. Una campaña electoral para la cita con las urnas de 2019 que el PP ya ha iniciado.