Vientos de paz en la recta final de la legislatura. El movimiento de ficha de la Diputación de Alicante ante la Generalitat Valenciana para acercar posturas tras más de dos años y medio de batalla campal entre ambas instituiciones tuvo ayer su máxima escenificación en el Palau de la Generalitat. El jefe del Consell, Ximo Puig, recibió en su despacho a las 12:05 horas del mediodía al máximo responsable de la institución provincial alicantina en un encuentro de más de una hora que culminó con una comparecencia pública de ambos mandatarios en el «hall» de la sede de Presidencia. Se trata de la segunda reunión institucional que César Sánchez ha mantenido en la misma semana con los dos principales cargos del gobierno valenciano tras su encuentro con la vicepresidenta Mónica Oltra el pasado martes en Alicante.

Hubo cordialidad, pero no se transmitió el mismo feeling que mostraron Sánchez y Oltra en el Palacio Provincial. Hasta bien avanzada la mañana, todavía no estaba claro si ambos mandatarios iban a atender juntos a los medios de comunicación, pero finalmente Puig y César Sánchez valoraron conjuntamente el encuentro, que para el jefe del Consell se enmarca dentro de «la normalidad institucional» y que para el presidente de la Diputación supone «un nuevo espacio de diálogo». La imagen de ambos en el despacho de Puig, la comparecencia conjunta ante los medios valorando positivamente la reunión y el acuerdo para crear una mesa de trabajo entre las dos administraciones para colaborar en temas de calado para la provincia de Alicante en la recta final de la legislatura sirvieron como elementos de nexo entre dos etapas políticas: la de la guerra y la de la entente cordiale. La primera fase ha estado marcada por la batalla judicial emprendida y ganada por la Diputación contra los decretos del Consell en Turismo y Deportes para regular las competencias provinciales en estas materias, contra el decreto de plurilingüismo del conseller de Educación Vicent Marzá o por los desencuentros que ha ocasionado durante dos años consecutivos la negativa del equipo de gobierno de la Diputación a sumarse al Fondo de Cooperación del Consell vía presupuestos.

La segunda fase en la relación entre el Consell y la Diputación de Alicante comenzó ayer una jornada en la que los dos anunciaron que habrá encuentros más continuos. Ambos mandatarios pactaron crear una mesa conjunta de trabajo entre las dos instituciones para llegar a acuerdos en materia hídrica o infraestructuras estratégicas como el tren de la Costa o intercambiar posturas ante la zona franca portuaria de Alicante o sobre la digitalización de los pueblos de menos de diez mil habitantes. Sin embargo, fuentes de la Diputación aseguraron que César Sánchez pondrá como representante de la institución que preside a su vicepresidente tercero, Carlos Castillo, precisamente uno de los dirigentes provinciales más críticos y duros con las políticas del Consell. El perfil crítico de Castillo con la Generalitat Valenciana y sus constantes latigazos a las propuestas e iniciativas de gobierno valenciano le han convertido en uno de los principales azotes del gobierno de Puig y Oltra. Una línea de hostigamiento que ha defendido la cúpula del partido tanto a nivel autonómico como provincial.

El presidente de la Generalitat manifestó la disposición de su gobierno «a continuar trabajando para que siempre se beneficie al conjunto de la ciudadanía». Ximo Puig indicó que en la cita de ayer se vieron «temas importantes para Alicante» como la sequía -la mesa de diálogo tendrá que abordar la aportación del Consell al Plan de Infraestructuras Hídricas de la Diputación que le ha pedido Sánchez-, las infraestructuras estratégicas, el Fondo de Cooperación Local o el Distrito Digital que el Consell hará en la Ciudad de la Luz. «Existen ambiciones comunes y trabajaremos conjuntamente», manifestó el presidente autonómico, y subrayó que el «problema estructural» del agua tiene que tener «la mejor cobertura posible desde ambas instituciones». Valoró que el objetivo de la reunión era el de estudiar estas cuestiones, analizar los puntos de encuentro y alcanzar acuerdos conjuntos, para lo que anunció la creación de la citada mesa común que contará con un representante de cada institución y que por parte de la Diputación liderará el vicepresidente Carlos Castillo.

Desde la Generalitat se contestó a preguntas de este diario que aún no había nombre porque era «pronto». Por su parte, César Sánchez tildó la reunión de «productiva» y resaltó que se abre un «periodo de trabajo conjunto». Trasladó al presidente la «necesidad de impulsar» proyectos como la digitalización en los pueblos pequeños para que las empresas en ellos también sean más competitivas.