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Entrevista a Pedro Sánchez, secretario general del PSOE

«Quiero una reforma territorial que garantice otros 40 años de convivencia»

Representa usted uno de esos pocos casos en los que la actividad política acaba concediendo una segunda oportunidad...

Ahora tengo más experiencia y una hoja de ruta de los pasos que debe dar el PSOE para recuperar la confianza perdida en estos años.

¿Por qué el PSOE

Ya la hemos reactivado. En nuestro último congreso dimos una lección de valentía: una organización que decidió reubicarse justo donde le espera la ciudadanía. Un nuevo PSOE. A partir de ahí, es evidente que el sistema político ha cambiado y que a la ciudadanía no le gusta que las mayorías sean de dos grandes partidos. Quiere que sean de distintas fuerzas. Nosotros reivindicamos la izquierda de gobierno. Y ahora somos una oposición de Estado. En una escena política tan fragmentada, el único partido con capacidad de diálogo con todos es el PSOE.

¿Ha recompuesto después de las primarias la relación con todos los barones socialistas -Susana Díaz, Ximo Puig

Hubo una mayoría absoluta de militantes que me apoyaron. Y soy el secretario general de todos. Lo dije en el discurso de clausura del congreso. El PSOE es ahora una organización unida detrás de su ejecutiva.

¿Por dónde va esa hoja de ruta de la que habla para el PSOE?

Tiene que ver con las asambleas abiertas que estamos haciendo ahora. Somos los únicos que lo hacemos. Hay una rendición de cuentas pero también le damos a los ciudadanos la oportunidad de fijar sus preocupaciones y de plantear las posibles soluciones. Daba la sensación, a veces, de que la opinión pública iba por un lado y la política por otro. España está sufriendo una crisis de Estado muy grave en Cataluña. Y eso, quizá, está postergando debates que afectan a los ciudadanos: la precariedad, la pobreza, la desigualdad...

Una de las primeras cuestiones que ha planteado es el debate sobre las pensiones con la propuesta de un impuesto a la banca...

Queremos atacar el principal problema del sistema público de pensiones. Un déficit que acumula al año entre diez y quince mil millones. Hay que volver a una senda de equilibrio presupuestario. Aquí hay dos fuentes de financiación. O seguimos aumentado las cotizaciones a la Seguridad Social, cosa que nosotros no queremos. O generamos vías de financiación complementarias. En ese punto, situamos ese impuesto extraordinario a la banca. Aquellos que fueron rescatados con 77.000 millones, ahora tienen que rescatar lo que representa un sentimiento colectivo de la ciudadanía española: su sistema público de pensiones.

¿Qué parte de esa propuesta de impulsar un impuesto a la banca se toma con el objetivo de debilitar todavía más a Podemos

No tiene nada que ver una cosa con la otra. Los socialistas somos de izquierda y progresistas. Y yo entiendo que esta propuesta no le haya gustado a la élite económica, política y mediática de España. Si en ese camino, compartimos propuestas con otras formaciones políticas, pues yo no podré mas que felicitarme.

¿Se ve en un futuro llegando a pactos con Podemos?

En este tipo de cuestiones, sí...

¿Y otras? ¿Un gobierno?

El problema de Podemos es que no ha defendido la soberanía nacional del país que dice aspirar a gobernar. Nosotros representamos a esa izquierda que quiere dar un cambio a España combatiendo la desigualdad, con una recuperación que llegue a la mayoría de los hogares, regenerando la vida democrática y defendiendo la integridad territorial. Y en eso ha fallado Pablo Iglesias. Me sigo sintiendo próximo a los votantes de Podemos pero en cuestiones como su política territorial somos muy diferentes.

¿Hasta qué punto esa mejora de la economía está vinculada a la resolución de la crisis catalana

Las previsiones económicas apuntan a que el próximo año vamos a entrar en una ligera desaceleración. Hay elementos económicos que parecen perder impulso. El Gobierno de España tiene que tomar nota. Debe propiciar impulsos fiscales, aumentar la inversión pública, reactivar el corredor mediterráneo que sería muy positivo no sólo para la cohesión territorial... Y a partir de ahí, es evidente que la crisis catalana cuestiona, desde luego, la potencia de nuestra recuperación.

¿Y considera que la formación de gobierno en Cataluña se va a convertir en una solución?

Puigdemont no puede ni debe ser el presidente de la Generalitat. Forma parte de uno de sus peores episodios. Y, por tanto, Cataluña tiene que pasar página. He escuchado decir a Puigdemont que era posible gobernar Cataluña desde Bruselas. Eso es inverosímil. No se puede gobernar un territorio a miles de kilómetros. El próximo presidente tiene que vivir en Cataluña. Pero lo más importante es la reflexión que debe hacer el independentismo Tienen mayoría parlamentaria pero con una minoría social. Les ha apoyado el 47% de los ciudadanos. Y tienen que aspirar a gobernar al conjunto de los catalanes. Si el próximo presidente de la Generalitat gobierna sólo para una minoría mayoritaria, habrán perdido el conjunto de los catalanes.

¿Seguirán apoyando la intervención del gobierno catalán a través del 155 en el caso de que, finalmente, se proponga la investidura telemática de Carles Puigdemont?

Sin duda. No podemos permitir un vacío de poder en Cataluña. En tanto no se resuelva en el propio parlamento la crisis de gobernabilidad, desde luego, lo que no puede hacer el Estado es una dejación de funciones. Depende de esa mayoría parlamentaria independentista resolver la crisis de gobernabilidad y poner fin a la aplicación del 155.

La fractura continuará. ¿Considera posible a medio plazo gobiernos transversales que sumen a un lado y otro para poder superar esa división social en Cataluña?

Hay que encontrar esos denominadores comunes que ahora mismo no existen en una sociedad polarizada y fracturada como consecuencia del independentismo. Todo lo que tenga que ver con la reforma de la Constitución y la actualización del Estatuto de Cataluña puede servir como nexo para superar esa dinámica de bloques que, en estos momentos, paraliza la solución al problema.

¿Situaciones como la de Oriol Junqueras

No se puede ni politizar la justicia, ni judicializar la política. Siempre hemos mantenido la misma tesis. A una crisis política se debe dar una solución política. Y por eso nosotros hemos planteado una hoja de ruta para cumplir con buena parte del Estatuto de Cataluña que aún está por desarrollar. Y, en segundo lugar, dejar trabajar a los jueces y, por eso, respetamos las decisiones que en este ámbito acabe tomando la justicia.

Hablando del resultado electoral catalán. ¿Teme que Ciudadanos

El crecimiento de Ciudadanos se debe, en una amplísima mayoría, al hundimiento del PP. Es evidente que vamos hacia un cambio del sistema político en el espacio de la derecha. Una derecha bicéfala con un mismo corpus ideológico. Hay una diferencia importante entre Ciudadanos y nosotros. Ellos aspiran a suceder a Rajoy al frente de la derecha. Y el PSOE quiere cambiar la política en España sustituyendo una gestión que ha traído desigualdad y precariedad por una visión progresista.

¿Sólo con la reforma de la Constitución se podrá resolver la crisis territorial que arrastra España? ¿Debemos orientar nuestra organización hacia un Estado federal?

Debemos caminar hacia un nuevo estado autonómico más fuerte en el que se mantengan los éxitos que ha supuesto este modelo de organización pero en el que, a su vez, se resuelvan sus debilidades...

¿Vamos entonces hacia un modelo federal para España o no?

Es que nuestro modelo autonómico ya es un estado federal...

Dirigentes socialistas como el valenciano Ximo Puig o el líder del PSC, Miquel Iceta, lo proponen de una forma clara...

Recuerdo una frase de Jordi Solé Tura, socialista y uno de los padres de la Constitución: «Me importa menos el nombre. Lo que me importa es que funcione». El Estado autonómico ha funcionado. Pero es evidente que hay signos de agotamiento que hay que resolver para tener otros cuarenta años de convivencia como los que hemos tenido. Hay que reforzar la unión entre los pueblos de España y no su disgregación como plantea Podemos con la defensa del derecho a la autodeterminación. Tomo prestada una reflexión muy acertada que hace José Luis Ábalos. ¿Quiénes defienden el derecho a la autodeterminación? Independentistas o personas a las que les da igual que Cataluña se independice. Y la verdad es que no sé que me parece más grave. A nosotros no nos da igual. Estamos dispuestos a dialogar y a unirnos pero nunca a rompernos.

Hablamos entonces de que su propuesta pasa por una revisión del Estado autonómico...

Reforzarlo. Y eso tiene que significar una revisión de las competencias. Unas para fortalecer el Gobierno de España y otras para clarificar las que tienen los gobiernos autonómicos. Ejemplos. Es evidente que el Senado no funciona. Es evidente que el Consejo de Política Fiscal y Financiera es de todo menos autonómico porque siempre se imponen las posiciones del Gobierno. Es evidente que existe un sistema de financiación con unos principios que no están reflejados en la Constitución...

El sistema de financiación lleva cuatro años ya bloqueado. ¿Hay líneas abiertas de negociación para resolver este problema?

Cuatro años con un periodo de mayoría absoluta del PP en el que, de forma paradójica, se pudo aprobar perfectamente el nuevo modelo. Y llevamos otro año de incumplimiento del acuerdo de la última conferencia de presidentes. Es un debate central porque estamos hablando de combatir la desigualdad y de la financiación de nuestra Estado del Bienestar: Sanidad, Educación, Servicios Sociales y Dependencia...

¿Pero hay posibilidad de un pacto sobre la nueva financiación?

A nosotros nos gustaría un acuerdo en financiación autonómica y también en la municipal...

No está próximo entonces...

Hemos tendido la mano y lo volvemos a hacer al Gobierno de España para actualizar el modelo de financiación autonómica pero la propuesta la tienen que poner ellos encima de la mesa. Hemos visto al Gobierno amenazando a las comunidades, en mi opinión, de forma irresponsable con la congelación de las entregas de los anticipios a cuenta como una forma de intentar chantajear con la aprobación de los presupuestos para 2018. El Gobierno de España le ha dado 1.300 millones a Euskadi con el cupo vasco. Y aspira a repartir otros 4.000 entre otras 15 autonomías. Es una cantidad insuficiente para las demandas que tienen los gobiernos de las comunidades. Dicho esto, hay que plantear un cambio del modelo de negociación. ¿En qué sentido lo digo? Sería interesante hablar primero del Estado del Bienestar que queremos. No es lo mismo, por ejemplo, un modelo de financiación que dedique a la Educación el 3% del PIB como quiere el Gobierno del PP o el 5% del PIB, que es la media europea y lo que defendemos los socialistas. Lo más importante es ponernos de acuerdo sobre lo que queremos. Y luego podremos hablar sobre la financiación

¿Y habrá nuevos presupuestos generales del Estado para 2018

Con carácter general, diría que esta es una legislatura acabada de un gobierno agotado. Estamos viendo multitud de casos de corrupción. Es evidente que la Gürtel Tenemos un gobierno paralizado, con escasa capacidad de negociación con diferentes formaciones parlamentarias y con unos presupuestos prorrogados como consecuencia de una crisis como la catalana que ni supieron ver ni tampoco anticiparse.

¿Considera que Mariano Rajoy debería convocar elecciones en el caso de que no lograra aprobarlos?

Debe responder Rajoy. Sabe perfectamente el camino con el que ha podido aprobar unos primeros presupuestos. Mi responsabilidad es plantear una alternativa. Y lo que vamos a hacer. Presentaremos unos presupuestos alternativos en marzo.

Hablando de la Gürtel y de todas las revelaciones que hemos conocido esta semana sobre la financiación ilegal del PP

Sin duda. La única manera de regenerar la vida democrática es que la ciudadanía, en el momento en el que sea llamada a las urnas, ponga al PP en su sitio: la oposición. Quiero un gobierno que no dedique todos sus esfuerzos a los casos de corrupción sino a defender a la clase media y trabajadora. España se merece un gobierno mejor del que tiene.

¿Hay manera de frenar la corrupción dentro del sistema?

Hay dos ámbitos: la prevención y la respuesta. Respecto de la prevención: nosotros lo hemos hecho internamente. No hay ningún partido político que tenga un código ético más exigente con la asunción de responsabilidades políticas en la apertura de juicio oral. Y aplicamos un régimen de incompatibilidades en el grupo parlamentario socialista que no tiene ningún otro partido. En segundo lugar: la respuesta. Hemos planteado modificaciones legislativas para que se asuma esa responsabilidad política y luego defendemos una reforma de la Constitución en la que se acabe con los aforamientos. Pudo tener lógica al principio de la democracia pero que ya no la tiene una vez que se ha asentado.

Una cuestión judicial más. Casos como el de Diana Quer han puesto encima la cadena perpetua revisable. ¿Cuál es la posición del PSOE sobre un asunto que va a generar un intenso debate?

Vaya por delante todo mi cariño, aprecio y solidaridad a la familia de Diana Quer. A partir de ahí, la reflexión que hacemos es que cualquier eventual modificación del Código Penal debe hacerse en frío. Y sin olvidar lo siguiente. España, con motivo de haber sufrido desgraciadamente el terrorismo etarra, cuenta con uno de los códigos penales más duros en el cumplimiento de las penas íntegras. El PSOE, por tanto, no variará su posición. Pero eso no significa que los autores no vayan a pagar las penas como marca la justicia.

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