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Análisis

Trincheras, movimientos y riesgos en el PSPV provincial

Los socialistas siguen en sus cosas. Ahora con la elección de las direcciones comarcales en la provincia de Alicante, organizaciones a las que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quiere volver a dar peso dentro del PSPV. Ninguno de los aspirantes a dirigir las ejecutivas en las siete comarcales en las que está dividida la estructura socialista responde a una estrategia para promover nuevos liderazgos, generar un proyecto político que responda a la necesidad de cada territorio o consolidar el poder municipal -sostenido en su inmensa mayoría con alfileres por un sinfín de pactos de todo tipo- que la formación logró en las municipales de 2015.

El proceso para elegir a las direcciones comarcales del PSPV en la provincia viene marcado por las líneas en las que intentan defenderse los perdedores del último congreso alicantino con el exsenador Ángel Franco a la cabeza; los movimientos de otros dirigentes como el alcalde de Elda y presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, Rubén Alfaro, o de las plataformas de partidarios de Pedro Sánchez para tomar posición en el mapa socialista; y el riesgo al que se enfrenta José Chulvi, alcalde de Xàbia y nuevo responsable provincial del PSPV, de estrenar su liderazgo ofreciendo imagen de debilidad y precariedad. Con todos esos ingredientes arranca un proceso en el que los precandidatos tienen ahora unos días para recoger avales antes de la votación, a dos vueltas en función los porcentajes de cada aspirante, de los días 4 y 11 de febrero.

Derrotado en el congreso provincial y sin poder ni en Valencia ni en la ejecutiva provincial, Ángel Franco y sus partidarios han cavado la trinchera en l'Alacantí con Baltasar Ortiz y en la Vega Baja con Manuel Pineda. Controlar esas dos comarcas, las más potentes en afiliación, supondría un balón de oxígeno para el exsenador de cara a su gran objetivo: mantener la agrupación de Alicante. Rubén Alfaro ha presentado a su propia candidata en el Medio y Alto Vinalopó - Lorena Pedrero- en alianza ahora con los «sanchistas» que, como se recordará, le rechazaron como secretario provincial y apoyaron a Chulvi. Alfaro intenta resituarse en el mapa con esa operación a pesar de que volverá a tener delante una candidatura impulsada por el grupo de afines a Ximo Puig que controla la actual dirección provincial.

El «sanchismo» trata, por su parte, de apuntalar el enorme poder que consiguió tras pactar con Chulvi, que les entregó el control del «aparato» de Organización provincial del PSPV. Controlarán el Baix Vinalopó -feudo de Alejandro Soler, el único dirigente provincial en la ejecutiva de Pedro Sánchez- y se han lanzado en l'Alacantí con otro veterano como Santi Escudero. Así que Chulvi, de momento, sólo tendrá asegurado el norte de la provincia: l'Alcoià, la Marina Baixa y, casi seguro, su propia comarca de la Marina Alta. Un riesgo para el proyecto del nuevo líder de los socialistas alicantinos: dirigir la ejecutiva controlando poco territorio.

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