Usted llegó a la cúpula regional del PP tras la pérdida del poder en el Consell. ¿Causas judiciales como la de la financiación ilegal del PP, ligada a la Gürtel y que se empieza a juzgar mañana, cuestionan la rehabilitación del partido?

La preocupación del PP, en estos momentos, son las listas de espera en Sanidad, el colapso de las Urgencias, profesores que tienen que inyectar insulina a los alumnos, la imposición de la lengua o de una línea en las escuelas... Lo que haya ocurrido en el pasado, está en los tribunales y allí se decidirá. Nuestra hoja de ruta es examinar la acción del Consell.

Supongo que usted no se sentirá identificado con esos casos...

Habrá que ver como se han hecho las cosas y si el partido ha cometido algún tipo de error, desde luego, tendrá que subsanarlo con las consecuencias que eso tenga. Esto ya ha pasado en España con los socialistas, que están condenados por financiación irregular. Si los tribunales dictaminan que el PP no hizo las cosas bien, pues tendremos que asumirlo. Nosotros ya hemos perdido perdón por muchas cosas. Hemos pedido perdón por conductas que no eran correctas. Pero eso no nos puede quitar ni un segundo para hablar de los problemas de los ciudadanos.

¿Pediría perdón después de ganar las autonómicas de 2007 y las generales de 2008 en esta Comunidad con el «dopaje» financiero procedente de financiación ilegal?

Si eso se acaba demostrando, tendremos que reconocer que las cosas no se han hecho bien...

¿Pedir perdón?

Sí. Pero no pasará nada. No somos los primeros condenados. Y habrá que esperar al fallo judicial...

Hay empresarios como Enrique Ortiz

Las confesiones de determinadas personas que pactan para una reducción de la pena a cambio de una declaración, considero, que no se deben tener muy en cuenta. Es un pacto con un interés particular.

Pero aunque ustedes echen balones fuera, todo esto tiene que ver con el PP de Francisco Camps, Ricardo Costa, Sonia Castedo

No tiramos balones fuera. Lo que decimos es que al PP, en estos momentos, le interesa mucho más la gestión de la Generalitat.

No hablamos de militantes de base. Fue la «clase noble» del PP durante muchos años...

El PP está trabajando en fiscalizar la labor del Consell y los tribunales se ocupan de otras cosas. Ni en el comité de dirección del PP ni en el del grupo en las Cortes se valoran las decisiones judiciales. Son los juzgados los que tendrán que resolver. Otros partidos quieren que estemos metidos siempre en ese debate interno.

¿Cómo afecta ese calendario judicial que arranca mañana con este juicio a las expectativas electorales del PP para 2019?

Pues no lo se. Creo que nuestras expectativas se tendrán que ver cuando lleguen las elecciones municipales y autonómicas. La actual dirección del PP tiene un compromiso de trabajar en una renovación de cuadros, de proyectos, de ideas... con la intención de ser alternativa. Con el tiempo se verá lo que ocurre.

¿Teme más ese calendario judicial o el avance de Ciudadanos?

Ninguna de las dos cosas. Me preocupa que el PP sea capaz de cuadrar su propio proyecto político y, en mi caso, los temas sociales,mi competencia en las Cortes, con las pifias de Montón, la dejación de funciones de Ximo Puig y la gestión de Oltra en temas como Sanidad, Educación o Bienestar Social. Tenemos un presidente que «no pinta fava». Aquí mandan otros. Puig se limita a salir en algunas fotos y no en demasiadas.

En Cs dicen que hay similitudes entre la escena de esta Comunidad y la de Cataluña, donde el PP ha quedado reducido al máximo.

No veo muchas. El PP de esta Comunidad nada tiene que ver con el de Cataluña. Una situación que también se puede extender a Cs. Estamos pendientes de lo que ocurra en Cataluña pero no en manos de lo que pase allí. Nosotros tenemos nuestra filosofía de trabajo marcada por Isabel Bonig. Y lo que haga Cs nos interesará en función de que podamos llegar a entendernos. Y, en muchos casos, existen esas sinergias de trabajo. Cs, de todas maneras, es un partido joven y en algunas cuestiones falto de criterio. Pero hablamos con ellos de forma permanente.

¿No ve similitudes? El PP también usa el argumento de la catalanización. ¿En qué quedamos?

Una cosa es un partido u otro. Y otra es una escena política en la que sí están empezando a definirse muchas similitudes. Al final, muchas de las decisiones que está tomado el Consell del Botànic son las mismas que se adoptaron en Cataluña hace quince o veinte años. Los socialistas catalanes, en su momento, pactaron con ERC, al cambio Compromís, para dejar fuera a Convergència. Y aquí se ha hecho lo mismo con el objetivo de excluir al PP. Y, al final, los socialistas están vendidos a las políticas de Compromís, que es el que toma las grandes decisiones en esta Comunidad: «TeleOltra», la tasa turística, imponer el criterio lingüístico... En Cataluña, ERC fagocitó a los socialistas. Y aquí Compromís se puede fagocitar a los socialistas.

Insisto con Cs. Los de Albert Rivera, de momento, crecen a costa de hacer más pequeño al PP. ¿Cómo van a frenar esa inercia?

Con nuestro proyecto político. Es lo que me preocupa. Yo no miro por el retrovisor a Ciudadanos. Nuestro objetivo debe ser cuadrar un buen proyecto tanto en la Comunidad como en todos los municipios.

Pero todo apunta que, si tienen alguna opción de gobernar, será junto a Ciudadanos...

Es un escenario muy posible. Estamos en un sistema sin mayorías absolutas. Y estamos obligados a una nueva forma de trabajo: negociar, dialogar, buscar acuerdos... Pero con todo el arco político.

¿Ve muy probable entonces que, llegado el caso, se entiendan?

Sí. En el PP tenemos capacidad de diálogo. Y en el escenario de que tuviéramos que formar un gobierno con Ciudadanos, en mi opinión, no habría muchas dificultades.

Ninguna encuesta les concede posibilidades de gobernar en 2019. ¿Es posible darle la vuesta?

Creo que las encuestas son importantes y los que trabajan en ellas grandes profesionales. Pero fallaron con el Brexit, con Trump... Así que, en estos momentos, una encuesta sobre lo que va a pasar en 2019, la verdad nos importa muy poco.

¿Cómo vive un diputado alicantino en las Cortes Valencianas?

De manena muy complicada... Yo no vivo en València. Voy y vengo a San Vicente casi todos los días en mi coche particular. Y por mi cargo en las Cortes y también en la dirección del PP, me muevo hasta Castellón o al sur de Alicante. Creo que no trasladar la vivienda a València te genera una flexibilidad y otra visión a la hora de trabajar cada uno de los temas.

¿Pero nos hacen caso a los alicantinos en València?

Menos de lo que nos gustaría. En el hemiciclo de las Cortes, sí que es verdad que València ejerce un liderazgo muy importante y tapa muchas de las iniciativas sobre otros territorios. Y eso es algo en lo que tiene mucha influencia que las Cortes estén allí. Parece, a veces, que no se puede hacer nada de fuera de València. Yo reclamo un calendario itinerante de actividad, comisiones, aprovechar la oportunidad de las nuevas tecnologías... A mi no me importaría, por ejemplo, ir a Castellón. Y a la vez que otros diputados vinieran a Alicante para conocer mejor los problemas del conjunto del territorio.

Pero eso no es sólo de ahora, también antes, cuando ustedes gobernaban, se producía...

Viene de lejos. Pero ha generado una sensación habitual que parece que sea normal cuando no lo es. En las Cortes, por ejemplo, que haya que trasladarse desde Alicante para una reunión, en muchas ocasiones, no se tiene en cuenta a la hora de poner un horario u otro.

En las Cortes se debaten cosas que nos afectan directamente a todos. ¿Por qué tienen tan poco impacto en nuestra provincia?

Distancia física, informativa... Hay una dificultad evidente a la hora de trasladar lo que se hace el trabajo diario de las Cortes a la gente. Y eso, entre el grupo de diputados del PP de Alicante, lo hemos tenido muy claro a la hora de difundirlo en cada uno de los municipios. Los diputados no pueden hacer su labor en exclusiva en el edificio de las Cortes. Hay que salir a la calle. Pero es muy difícil, complicado y lento.

Por cierto, usted se ha convertido en el parlamento en el «azote» de la consellera Carmen Montón...

Así me llaman... No es mi interés. Pero sí es verdad que durante esta legislatura se está destapando la incapacidad del equipo de Sanidad con la consellera al frente para gestionar los problemas. Carmen Montón llegó al cargo con un único interés de promoción personal para irse con Pedro Sánchez a Madrid y aparecer como aspirante a un ministerio. Cuando todo eso le salió mal, intentó recolocarse sin ánimo y con un equipo mediocre. Ahora mismo, la Sanidad es el gran problema que arrastra este Consell. La ideología no puede ponerse por delante de la vida de las personas. Es algo muy delicado.

¿Cómo definiría, en cinco grandes trazos, la situación que genera la gestión de Carmen Montón?

Primero: caos. Segundo: ideología sectaria que pone en peligro la salud y la vida de muchos ciudadanos. Tercero: falta de previsión y organización de los servicios. Cuarto: discriminación que es algo que está afectando a los servicios que recibe la gente hasta el punto de que están creciendo el número de seguros privados. Y quinto: un descenso del grado de satisfacción de cuatro puntos en un año como recogen los datos de la propia conselleria de Sanidad. Todo esto es culpa de Carmen Montón, un verso libre del Consell como dicen sus compañeros. Y Ximo Puig es cómplice y culpable de este caos. Hace tiempo que tenía que haber cesado a la consellera pero por los líos del PSPV y los pactos de gobierno, no lo ha hecho. No le han dejado.

Usted también coordina en las Cortes la oposición en temas de Educación. ¿De verdad se adoctrina en los centros educativos?

Sí. Por supuesto. Es una realidad.

Insisto. ¿Es generalizado?

Con que haya un caso, dos o tres sin que el Consell haga nada, ya estamos ante algo preocupante. No creo que sea algo aíslado ni tampoco generalizado pero sí hay casos.

Con casi los mismos profesores que ustedes tenían cuando estaban al frente de la Generalitat...

Sí. Pero no hay el control de la inspección que existía antes.

¿Por un caso, dos o tres, ustedes criminalizan a un colectivo formado por 60.000 profesores?

No culpamos a los profesores. Los trabajadores públicos de la Educación, como también en Sanidad, son excepcionales. Pero, dentro de ese colectivo, hay algunos que pasan la frontera e intentan imponer su ideología. Eso significa que la conselleria debe ejercer una labor de inspección para que los padres estemos tranquilos y para que no se marque tendencia política o social en ningún sentido. En este tema, la conselleria minimiza el problema y los inspectores miran para otro lado.

¿Cómo se valora desde València la grave crisis institucional en el Ayuntamiento de Alicante

Con gran preocupación. En la dirección del PSPV y de Compromís en València no hay un debate para buscar una fórmula que permita solucionar esta crisis de gobernabilidad. Ese pacto se ha ido al traste sin una recomposición del proyecto de gobierno. Es increible que en Alicante gobiernen seis concejales con 23 en la oposición y ni que Puig ni Oltra busquen una salida. En València están corriendo un tupido velo a la espera de ganar tiempo y, quizá, ver lo que acaben decidiendo los jueces.

¿Cree que el alcalde Gabriel Echávarri, con dos imputaciones a cuestas, debería dimitir?

Debe dimitir porque no tiene mayoría suficiente para gobernar. Sus problemas judiciales se decidirán en los tribunales. Pero una vez ha perdido la confianza del pacto que le llevó a la Alcaldía, debería marcharse.

Entonces no le piden la dimisión a Echávarri por su imputación...

Por su incapacidad política. Otra cosa es cuando una imputación genera una situación de dejar de creer en esa persona. Es mejor pasar a otro lado para centrarse en la defensa en los tribunales y dejar que otros puedan cumplir con el mandato de los ciudadanos. Una ciudad como Alicante es ingobernable. Y eso es lo que obligaría a Echávarri a dimitir.

Se les ha puesto la Alcaldía de cara. ¿Sería Luis Barcala

Sería un gran candidato como otros muchos... Pero sí Luis Barcala está haciendo un gran trabajo.

Dígame alguno de esos nombres que podrían optar...

Hay una terna que se viene publicando en la que se echa en falta, desde luego, algún nombre de mujer...

Veo que coincide con Eva Ortiz, número dos regional del PP, en pedir una candidata para Alicante...

Es que tenemos muy buena relación. Y estamos de acuerdo. Pero no quiero decir ningún nombre para que nadie se agarre a eso.