¿Quiere que César Sánchez siga en la Diputación después de las elecciones municipales de 2019 o prefiere a José Císcar?

Me pide usted que decida entre Papá o Mamá. Ya me preguntaban en su día por la dualidad entre Luisa Pastor y José Císcar. Luisa Pastor fue la mejor alcaldesa que hemos tenido en la provincia de Alicante pero el partido, como ocurre con las listas y con otras cosas, tomó una decisión porque tocaba. Lo hizo el PP. Por eso creo que, cuando llegue el momento, el partido hará lo que tenga que hacer. José Císcar es uno de los dirigentes políticos más inteligentes que yo me he encontrado. Y pienso que César Sánchez, gran amigo mío, es un enorme político. Pero sobre un perfil o sobre otro tendrá que decidir el partido en su momento. Cualquiera de los dos sería un magnífico presidente de la Diputación.

Esa pugna «rompería» la bicefalia en el PP de Alicante...

Creo que tanto la Diputación como el PP en Alicante están funcionando muy bien. Igual es cuestión de personas, de relaciones personales... A lo mejor con otras dos personas no funcionaría.

César Sánchez vive su momento más delicado en la Diputación. ¿Considera que se le está haciendo largo el mandato?

Hay gobiernos municipales que se autodenominaron del cambio a los que sí se les está haciendo largo. A César Sánchez no. ¿Qué pasa? Sí es cierto que cuando uno lleva dos años y medio, ya hay un bagaje. Cosas que están bien, otras que no tanto... Lo que considero es que ahora ya se está haciendo balance de una gestión, como ocurre en el Consell o en muchos municipios. César Sánchez ha hecho un muy buen trabajo en defensa de los intereses de la provincia, por ejemplo, con el tema lingüístico. Y hay cosas, como este asunto de las ayudas «a dedo», que son una chorrada como la copa de un pino. Son subvenciones que también entrega la Generalitat o la Diputación de Valencia.

¿Cómo debe encarar César Sánchez la recta final del mandato?

Lo digo claramente: debe defender los intereses de los alicantinos por encima de los del PP. Debe seguir en esa línea.

Le preguntaré de otra manera. ¿Cree que en la reunión del 25 de enero, Ximo Puig y César Sánchez deben limar asperezas e iniciar un periodo de colaboración entre la Diputación y el Consell?

Sí. No se puede estar sólo a la gresca. Por el interés de los ciudadanos. Y al final las instituciones se tienen que entender. Cada uno puede tener su forma de ver las cosas. Pero hay que recordar que esta crisis se derivó en su momento por un intento de la Generalitat de usurpar competencias a la Diputación. Hablaron, incluso, de hacerla desaparecer. Una vez que se ha modulado ese discurso con las decisiones judiciales, es lógico que se recupere un trabajo conjunto de colaboración. La Generalitat se tiene que apoyar en la Diputación y al revés. No debería ser ni noticia.