El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, afirmó ayer que el Gobierno central, al «recortar» 353 millones de euros en la financiación de la Comunidad para el ejercicio 2018, según denunció el Consell, «está jugando con fuego en esta situación de displicencia con las comunidades autónomas. Están generando una gran desafección en la Comunidad». Durante un acto en València, Puig contestó con dureza al delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues. «¿Cómo se atreve el delegado de Gobierno a decir que el sistema de financiación sea aprobado o no en función de los apoyos parlamentarios de un presupuesto?», se preguntó al tiempo que consideró que se está actuando «con una enorme irresponsabilidad».

«Hay una palabra del presidente del Gobierno que dio a la Conferencia de Presidentes en la que decía que antes de finalizar el año se reformaría el sistema de financiación, y la ha incumplido», dijo el presidente que critió con dureza que tod se vincule a la situación de Cataluña. «Esto es una absoluta anormalidad democrática, una anomalía profunda del funcionamiento del sistema», criticó. Puig pidió que no haya «más excusas, porque finalmente todo esto está provocando una gran desafección y una situación de falta de credibilidad de las instituciones». «Desde luego, nosotros a eso no vamos a jugar», aseguró el presidente de la Generalitat. Salieron en tromba contra Montoro tanto el síndic de Compromís en las Cortes, Fran Ferri, como el portavoz de los socialistas en el parlamento autonómico, Manolo Mata, que encrespó a la dirección regional del PP al calificar en un comunicado al Ministro de Hacienda como un «sicario» del «incompetente» Rajoy.