El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, hizo lo que pudo desde su posición institucional para evitar la aplicación por parte del Gobierno del artículo 155 en Cataluña hablando directamente con el presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont. En una entrevista concedida a la cadena Ser y recogida por Europa Press, el jefe del Consell reveló ayer que telefoneó a Puigdemont el día en el que el Parlament declaró la independencia para pedirle que convocara elecciones. Para Ximo Puig hubiera sido mejor y no se habría aplicado el 155 y, en definitiva, «se hubieran evitado muchas de las tensiones que ha habido y que han sido absolutamente negativas para la convivencia».

Puig es uno de los presidentes de comunidades autónomas que siempre habló de la necesidad de recurrir al diálogo antes que llegar a aplicar a un artículo que siempre dijo que no le gustaba nada y que finalmente el PSOE respaldó. Explicó que ante su petición, Puigdemont le contestó que no tenía suficientes garantías.

El presidente de la Generalitat Valenciana constató ayer que los resultados de las elecciones catalanas «desgraciadamente» no aportan estabilidad, por lo que reclamó un gran acuerdo de generosidad y diálogo «porque no hay otro camino que buscar fórmulas de convivencia real» ya que «el frentismo y el inmovilismo» no suponen una salida. Puig comentó que la situación actual de Cataluña «viene de una generación de despropósitos porque la convocatoria de un referéndum ilegal fue un despropósito que no validan las elecciones de estos días». «La ilegalidad se ha cometido y tiene sus repercusiones pero hay que buscar espacios de diálogo y romper esta situación de incomunicación», reclamó a los dos bolques tras los comicios autonómicos del pasado jueves.

En ese sentido, el jefe del Consell señaló que el Gobierno de España «debe comenzar a actuar de otra manera» porque, según los resultados, no parece que el camino elegido por el PP «haya sido el correcto», una afirmación en la que Puig está instando al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a dar un primer paso en el conflicto al ratificarse unos resultados similares a los comicios catalanes de 2015.

Por otra parte, reconoció que las primarias socialistas han servido para reposicionar el PSOE y explicó que apoyó a Susana Díaz porque tuvo que «ser leal con lo que pensaba» y creía que era «lo mejor para el PSPV». «Pero la democracia es aceptar resultados y minorías y mayorías deben saber gestionar esos resultados», apostilló.

Estrategia por la movilidad

El presidente de la Generalitat anunció, por otro lado, que en 2018 se pondrá en marcha una nueva estrategia por la movilidad, el transporte y las infraestructuras que marque desde el consenso con los agentes económicos y sociales las acciones en materia de movilidad que se van a llevar a cabo en la Comunidad en las próximas dos décadas. Explicó que en enero convocará a contratistas, patronal y ayuntamientos para «intentar generar un acuerdo que vaya más allá de una legislatura» porque «las infraestructuras no pueden concebirse en un tiempo tan pequeño». Así, le gustaría que esta estrategia tuviera un alcance 2018-2030 para «concebir una actuación global pensada en la movilidad del ciudadano desde la colaboración público-privada». Destacó el «talante dialogante» del actual ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, frente al «desprecio permanente por la Comunidad mostrado por su antecesora, Ana Pastor». No obstante, señaló que hay que pasar de las palabras a los hechos, y dijo que el Corredor Mediterráneo «va demasiado lento». «Es intolerable que la conexión Alicante-Valencia a estas alturas esté como está» cuando solo faltan 50 millones.

Puig confió, por otro lado, en que el nuevo sistema de financiación esté antes de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2018 para «garantizar la igualdad entre los ciudadanos y la singularidad de los territorios». Tras incumplir el Gobierno el acuerdo de la Conferencias de Presidentes de tener un nuevo sistema antes de fin de año, Puig dijo que desde el primer día el Consell está hablando con otras comunidades y tejiendo alianzas, mientras que no ocultó que hay comunidades que hacen victimismo con «estrategias defensivas equivocadas».