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Joaquín Gimenez: «Ir a las elecciones con candidatos en prisión es un grave error político»

«En Cataluña veo claro un gravísimo delito de desobediencia, no así la rebelión y la sedición», afirma

Giménez: "Ir a elecciones con candidatos en prisión es un grave error político"

Para Joaquín Giménez, lo ocurrido con Cataluña es un caso claro de judicialización de la política motivada por la inoperancia del Ejecutivo. «Aunque llueve sobre mojado y sin remontarnos más atrás, el problema arranca cuando Cataluña pide otro sistema de financiación, se le da un portazo y el Constitucional declara inconstitucionales una serie de artículos que sí están en vigor en otras comunidades, lo que generó una desafección. Había un rescoldo independentista, como en otras autonomías, pero en este caso ha crecido exponencialmente por la pasividad del gobierno del PP», arranca.

¿Solucionar la financiación sería el fin de todos los males?

En política hay que llegar y llegar a tiempo porque los trenes que se pierden ya no se pueden coger. El nacionalismo se nutre del victimismo y exige un enemigo exterior, que en este caso es España, y otro interior, que son los catalanes no independentistas, a los que llaman malos catalanes. El ideario requiere un pueblo con un líder indiscutible que le lleva hasta el precipicio y, una vez allí, un gran paso adelante. Extrapolándolo, es lo que ocurrió en la Alemania nazi: una situación mágica, irreal y acrítica en la que la historia es la primera víctima porque se manipula. El problema no es ser independentista sino ir hacia ello desde la legalidad. La solución tiene que ser política y pasar por el cambio de la Constitución, si así se acuerda.

Estas elecciones pueden dar pistas al respecto.

Primero tenemos que saber qué es lo que piensa la sociedad porque aquí se ha hecho una impostación: los independentistas se consideran el único pueblo válido de Cataluña. Si una mayoría cualificada de un censo con todos los controles, no como lo que pasó el 1-O, vota independentismo, algo habrá que hacer.

¿Como qué?

La Constitución se puede modificar, no es el fin sino el principio del camino, pero en un proceso con mayorías muy rígidas. Pretenden que para elegir el consejo de TV3 haga falta una mayoría cualificada y para proclamar la independencia, la mitad más uno. La primera ley que se ha vulnerado ha sido el Estatuto y eso gratis no puede salir aún cuando sea jaleado por parroquianos enfervorecidos. En política no se puede ir a golpe de pasión, de fervor y de certezas. No es el camino. La política es el pacto, el consenso, el buscar el mínimo común denominador con vocación de un máximo común múltiplo.

¿Es el mejor clima para unas elecciones con candidatos en prisión o huidos?

Es el mejor clima posible aunque desde el punto de vista político es un desastre, un error grave.

¿Y desde el jurídico? ¿Ve justificada la prisión?

No es sostenible. Para justificar la prisión preventiva se tienen que dar una serie de requisitos, como el riesgo de fuga, la destrucción de pruebas o la reiteración de la conducta delictiva. Una vez impuesto el 155 se corta todo acceso a las fuentes.

¿Vale también esta afirmación en el caso de "los Jordis"?

En ese caso me lo pensaría porque hay cosas que no son gratis. Aunque, ante la duda, a la calle, para no realimentar el victimismo y de acuerdo al principio in dubio pro reo.

¿Cometieron los delitos que se les imputan?

Veo claro un gravísimo delito de desobediencia, no así la rebelión y la sedición, que es una rebelión sin fuerza. ¡Cargos por los que se piden hasta 30 años de prisión! Así se alimentan el argumentos de que ahora resulta que hemos resucitado al dictador Francisco Franco.

¿Qué piensa cuando oye hablar de presos políticos?

El lenguaje nunca es inocente y eso lo utilizan muy bien los independentistas, como también los hicieron los abertzales. Los encarcelados lo están porque se saltaron las leyes, no por ser independentistas. Hay delitos que tienen una intencionalidad política, como el tiro en la nuca de los etarras, pero eso no lo convierte en delito político. Se puede ser independentista pero dentro de la ley porque, en caso contrario, resultará que Josu Ternera y todos los etarras son presos políticos. Y los del 23F también. Son políticos presos como los hay también por meter la mano donde no deben.

¿Esta siendo la Fiscalía el brazo ejecutor del Gobierno en la batalla legal?

Está claro que si el juez ha podido acordar la prisión fue porque el fiscal la pidió. Pero eso no quiere decir que, aunque el fiscal general del Estado es un cargo de confianza del Gobierno, sea su monaguillo. No creo que lo fuera el fallecido José Manuel Maza ni creo que lo sea el actual. Fue una decisión que se tomó desde el punto de vista de la acusación provocando el chirrido en algún sector de Gobierno por hacerse una interpretación más jurídica que política.

¿Qué valor jurídico da al «arrepentimiento» de algunos de los independentistas cuando han declarado ante el instructor?

Las leyes ni se acatan ni se dejan de acatar, se obedecen y punto. Aquí se han desobedecido y cuando eso ocurre tienen que aceptar las consecuencias. Al arrepentimiento no le doy ningún valor, me parece un paripé para conseguir la libertad. Máxime cuando estamos hablamos de un Estado de Derecho donde la ley puede que no sea perfecta, pero es democrática. ¿El independentismo es sí es una doctrina mala? No, es una opción legítima dentro de la pluralidad ideológica, pero los medios para alcanzarlo tienen que ser legítimos.

Usted que por motivos profesionales conoce bien el País Vasco, ¿qué similitudes ve?

Allí había un terrorismo sangriento y un gobierno que se mantuvo dentro de la legalidad. En caso catalán no hay ningún terrorismo pero ha sido el Gobierno el que ha vulnerado la legalidad cuando tendría que ser el principal garante. La legitimidad del Estatuto proviene de la Constitución. ¿Y qué es lo que han hecho? Vulnerar no sólo la Constitución sino también el Estatuto engañando a ese pueblo fiel acrítico que ha aceptado y sigue aceptando lo que dice el líder indiscutido. Eso es muy peligroso.

¿Debería tener un castigo penal la fractura que se ha provocado en la sociedad catalana?

Un castigo pueden ser las elecciones. No hay que pensar siempre en clave penal. El Derecho Penal es la retaguardia. ¿Y qué es lo que ha estado haciendo este Gobierno y el anterior a veces también? Poner la retaguardia en la vanguardia. ¿Alguien piensa que si Podemos se hubiera abstenido en aquel pacto Ciudadanos-PSOE hoy estaríamos en esta situación? Ese ha sido un error histórico.

Es decir, que todos tienen su cuota del responsabilidad en este desaguisado.

Si, pero no es café para todos. Aquí hay una responsabilidad de un ensimismado y de un personaje del realismo mágico. Los dos. Y un proceso que se ha ido incrementado hasta pasar por pueblo catalán lo que es una parte de la sociedad catalana, que además no es la mayoritaria. Es la trampa de todos los nacionalismo, también del español, cuando se hace para por todos los españoles lo que sólo es una parte.

¿Con un iluminado y un mágico hay solución si no se cambian las primeras figuras?

Yo creo que habría que cambiarlas pero Rajoy está crecido porque piensa que ha resuelto el tema.

Usted no lo cree.

Yo creo que ha aplicado el artículo 155, que no es un golpe de Estado porque forma parte de la Constitución. Un golpe de Estado es lo que hizo Tejero, algo que se hace al margen de la ley. Pero Rajoy sí cometió un error gravísimo: la intervención el día del referéndum que facilitó a los independentistas las imágenes de las cargas y las detenciones y usurpó el debate sobre la falta de control en esa consulta. Las fotos taparon el chanchullo. Y los errores en política se pagan.

¿Qué se tenía que haber hecho?

Dejar que se votara. Lo mismo que hicieron en la huelga del día siguiente, que no se movieron.El independentismo quería un muerto. El Gobierno fue de una torpeza inaudita.

¿Hizo bien el magistrado Pablo Llanera al retirar la orden de detención de Puigdemont?

Me parece correctísimo. Si a Bélgica se les ofrece en bandeja la oportunidad de leerle la cartilla a la legalidad española no va a dejar de hacerlo. Y, ante la posibilidad de que se establezca un catálogo muy rígido de delitos, es mejor así. Porque podría darse el caso de que los que no han huido estarían en peor posición que los que sí. Es mejor que siga en libertad y que se le detenga cuando ponga un pie en España. Lo que no significa que la legalidad española no supere el test de la UE. Pero hay que distinguir entre los que se fugan y los que se exilan y Puigdemont está fugado.

Hablaba usted antes del precipicio al que los líderes apocalípticos conducen a su pueblo. ¿A cuánto de ese abismo está la sociedad catalana?.

Su problema es el de la quiebra, el de la ruptura y hay que evitar los discursos apocalípticos porque el apocalipsis interrumpe todo debate político. Cuando se cae en el maniqueísmo el opositor es un rival y a los rivales se le abate. Con insultos en Cataluña y con un tiro en la nuca en el País Vasco. Hay que recuperar el sentido común y cada uno tiene que pensar donde va. Esa es la revolución.

¿Ve posible una marcha atrás en esa ruptura?

Yo he visto lo que ocurrió en el País Vasco, donde hubo un momento que la calle, ese escenario usual de la democracia que decía Tomás y Valiente, estaba secuestrada por HB y por la Kale Borroka. Eso empieza también a darse en Cataluña con las manifestaciones aunque por fortuna, aunque hay insultos y pintadas, no hay ningún grupo terrorista detrás.

Esta entrevista se publica el día de las elecciones. ¿Se atreve a vaticinar un resultado?

Mucha gente le ha visto las orejas a lobo en materia económica y de seguridad pero también es cierto que a base del no, no y no del Gobierno se ha dejado crecer la fábrica del independentismo. No se ha hecho nada y ahora estamos como estamos. No sé el censo de votantes que hay pero mi pronóstico es que va a haber un aumento y ese no va a ser de los independentistas, porque ellos ya están movilizados. ¿Lo que me gustaría? Una mayoría cualificada de los no independentistas porque España es un país compuesto, tan compuesto que el Código Civil no rige en todo Estado, pero desde antes de la época de Franco.

¿Qué opinión me merece el Consejo General del Poder Judicial?

De todos los órganos creados por la Constitución es el que peor desarrollo ha tenido con diferencia. Cada consejo ha hecho bueno al anterior, lo que arranca cuando se modifica el sistema de elección (que era entre jueces y por jueces) y se cambia a entre jueces pero por el Parlamento, lo que provoca una colonización del Consejo por parte de poder político, lo que ha dado como resultado un órgano totalmente desprestigiado.

¿Para qué sirve?

Para trepar si estás en sintonía. Unos y otros. El de ahora es un consejo presidencialista y es preciso refundarlo. Es significativo que Jueces para la Democracia, que siempre ha estado a favor de la elección parlamentaria, en el último congreso de la asociación cambió. Todas las asociaciones lo están pidiendo. Porque el sistema solo ha servido para traspasar al consejo la composición del Parlamento sin que realmente hubiera una elección: había un reparto de cromos y un pacto de no agresión cuando tendría que haber una comisión parlamentaria que estudiara los currículum de todos los candidatos.

Tras dos décadas en la sala más codiciada del Supremo, ¿tiene claras las virtudes que tiene que tener un buen juez?

El verdadero juez es el que no tiene miedo a tomar decisiones que inquieten al poder a político, el que es independiente incluso de su propia ideología y no espera ningún premio. Ni palo ni zanahoria. ¿Cuántos hay? Ahora está apareciendo la figura del juez funcionario , el que va, hace las ocho horas y a mi la ley que me la resuelvan. Eso es inquietante.

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