La Diputación de Alicante destinará en pleno año preelectoral cuatro millones de euros menos a inversiones reales en la provincia de Alicante, es decir, un nueve por ciento menos de lo que ha inyectado en el ejercicio 2017, según se desprende del proyecto de presupuestos de la institución provincial para el año que viene. Así, el gobierno de César Sánchez vuelve en el último año antes de los comicios autonómicos y municipales a los niveles de 2016 con un capítulo de inversiones que no alcanza los 42 millones de euros -entre las inversiones reales y las transferencias de capital- frente a los cerca de 46 millones de euros invertidos en 2017.
Se trata de las últimas cuentas que el presidente de la Diputación, César Sánchez, va a poder ejecutar de forma íntegra. A un año y medio de elecciones, la Diputación ha rebajado el capítulo de inversiones reales un 16%, aunque lo ha compensado con las transferencias de capital, que se elevan un 34,5% para el año que viene.
El presupuesto consolidado de la Diputación de Alicante para 2018 -es decir, el que incluye a los organismos autónomos y a las empresas públicas- prevé 260,8 millones de euros de ingresos y 239,4 millones de euros en gastos, unas cuentas que históricamente gozan de buena salud financiera y que este año suben un 1,1%. Se trata de una de las instituciones que utiliza los remanentes de tesorería para anunciar planes de inversiones con el dinero sobrante a bombo y platillo al contar con sobrantes que, en el caso de 2018, sumarán en torno a los 30 millones de euros. El remanente de 2017, según explicó el diputado de Economía, Carlos Castillo, podría alcanzar los 30 millones de euros, de los cuales 14 millones se destinarán al Fondo de Cooperación Municipal impulsado por el Consell, una fórmula por la que ha optado la Diputación para adherirse al fodo autonómico sin utilizar dinero de los presupuestos provinciales, algo muy criticado por la oposición.
Por áreas de actuación para 2018, Carlos Castillo destacó ayer durante la presentación pública de las cuentas de 2018 los planes de obras y servicios (28 millones, un 14,3% más que en 2017); el área de Bienestar de las Personas (29,6 millones, con 15%); emergencias (40,6 millones, los que supone un 20,7%) y lo destinado a Cultura (14,3 millones, 7,3% más).
Sin embargo, uno de los aumentos que más destacan de los presupuestos de la Diputación es la inversión que se hará en agua en plena sequía, para lo que se han previsto 7,8 millones de euros, un 47% más que en 2017, como ya ha venido informando este diario. Uno de los datos que ayer reveló Castillo es que se trabajará en 18 kilómetros de redes de saneamiento y se instalarán los contadores de telegestión, lo que permitirá un ahorro de fugas de agua equivalente a 1.200.000 euros. «El impacto de las inversiones a los regantes es algo que creemos que beneficia a toda la sociedad», señaló Castillo. El también vicepresidente de la Diputación anunció que en 2018 la institución habrá cumplido con el Plan Económico Financiero fijado por el ministro Cristóbal Montoro por el que se limita el aumento del gasto de las entidades locales. «Esto permitirá dar más soporte a los pequeños pueblos», dijo.
