Deshielo de relaciones entre la Diputación de Alicante y la Generalitat Valenciana. El jefe del Consell, Ximo Puig, ha recogido el guante que le lanzó el presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, y aceptará reunirse después de dos años y medio de bloqueo entre ambas instituciones. En Presidencia, de hecho, ya están trabajando en el encuentro, aún sin una fecha exacta. Pero Puig no quiere demorar la cita. Es muy probable que el Consell habilite una jornada de la próxima semana -Puig tiene una amplia agenda en Alicante- para acudir al Palacio Provincial y celebrar esa entrevista con César Sánchez, hasta ahora envuelto en un perfil de oposición al Consell en la gestión política de la principal institución en manos del PP tras las últimas elecciones de 2015.
Efectivamente, hace unos días, el presidente de la Diputación, César Sánchez, remitió a Ximo Puig una comunicación en la que le solicitaba ese encuentro. Oficialmente, la convocatoria tiene como objetivo estudiar la aprobación de un plan de inversiones para intentar paliar la sequía en municipios alicantinos, en el que Sánchez pretende recabar la colaboración del Consell para su financiación. La propuesta culmina, de alguna manera, un movimiento táctico del presidente de la Diputación para suavizar su relación con el Consell que ha tenido ya dos gestos con la entrada de la corporación alicantina en el Fondo Municipal, aunque falta por ver las condiciones finales en las que se suma; y la decisión de la institución provincial de evitar contraprogramar el acto oficial del Consell en el Teatro Principal con motivo de la conmemoración del Día de la Constitución en Alicante.
En Presidencia de la Generalitat quieren celebrar esa reunión y que, además, sea el propio Ximo Puig el que acuda al Palacio Provincial como señal de distensión. Es casi seguro que desde el Palau propondrán un día de la próxima semana para el encuentro pero, en todo caso, la intención es que esa imagen no se demore de ninguna manera y se pueda visualizar antes de que finalice este mes de diciembre. Eso pondría punto y final a dos años y medio de incomunicación entre ambas instituciones y de enfrentamientos tanto de corte político como, especialmente, judicial -decretos de coordinación, plurilingüismo...- jaleados por el ala más dura del PP, partidaria de aprovechar la Diputación como ariete frente al Consell. Una estrategia en la que César Sánchez, de perfil pactista y partidario de alcanzar consensos, se siente muchísimo más incómodo.
La intención del máximo responsable de la institución provincial es que en el encuentro se aborde ese plan extraordinario que César Sánchez pretende poner en marcha contra la sequía. La Generalitat está dispuesta a abordar esa cuestión pero deja la agenda abierta para que se pueda hablar de otros asuntos como, por ejemplo, el origen de la cantidad que se destinará al Fondo de Cooperación Municipal con la intención de que cada localidad pueda utilizar el dinero en las partidas que considere oportuno y que esa inversión, como propone la Diputación, no llegue «controlada». Roto el hielo, ahora está por ver hasta dónde llegan uno y otro para apaciguar la recta final de este mandato.
