La negociación de los Presupuestos Generales del Estado entre PP y Compromís se está convirtiendo en un estéril tira y afloja para jugar al gato y al ratón, aún cuando ambos partidos saben que el acuerdo por las cuentas de 2018 entre ambas formaciones es un escenario difícil de muy poca intención práctica en un contexto de mucha palabrería. Mientras que el portavoz de Compromís en el Congreso de los Diputados, Joan Baldoví, no descarta de forma fulminante la posibilidad de sentarse con los populares, desde las filas del PP le reprochan que ponga demasiadas trabas a algo que puede ser mucho más fácil: hacer un gesto.

Ambos partidos se acusan de no dar el primer paso. Baldoví ve un «escenario poco probable» una posible negociación de las cuentas porque el PP cuenta con los votos «baratos» de los nacionalistas canarios, que le otorgaron al PP la mayoría suficiente para sacar las cuentas de 2017 adelante. Afirma que si los populares dieran un primer paso se sentarían a hablar, porque «lo mínimo es escuchar».

Preguntado por si la quita de la deuda del Consell sería un punto a negociar los votos de Compromís Baldoví dijo que es «inmoral comprar votos a cambio de los derechos de las personas». Insistió en que la condonación de parte de la deuda histórica de la Comunidad Valenciana -que el Consell reclama como resultado de la mala financiación- no se negocia y «nos pertenece por derecho».

Una visión a la que se sumó el portavoz de Compromís en el Ayuntamiento de Alicante, Natxo Bellido, que consideró «bastante inviable» la negociación con el PP y mucho menos con la financiación autonómica como moneda de cambio. «La misma rapidez que han tenido con el cupo vasco podrían aplicarla al caso valenciano, que somos los peor financiados», apostilló. «Y si el PP quiere negociar que nos llame, que si nos llaman nosotros hablamos», dijo.

La diputada autonómica Mireia Mollá manifestó que la «puerta abierta» de la que habla Baldoví tiene el sentido de transmitir que «no nos anulamos ante algo que sea bueno para los valencianos y valencianas». Eso sí, para Mollá no existe capacidad de negociación con un derecho previo que se ha de reconocer en el proyecto de presupuestos. «No vamos a consentir que se nos traten como un cheque blanco. El texto tiene que empezar por reconocer la premisa de la financiación. No vale hacer lo que quieran y luego preguntarnos: ¿Ahora que me cuestas?». Para la diputada autonómica el Gobierno tiene que reconocer la deuda histórica y mejorar la financiación sin entrar en ningún terreno de negociación.

El portavoz de Compromís en la Diputación de Alicante, Gerard Fullana, explicó por su parte que lo positivo de todo esto es «que la coalición tiene una voz firme que defiende nuestros intereses en Madrid», refiriéndose a Baldoví. «La mala noticia es que al PP le sale más barato un pacto con Coalición Canaria con la complicidad del PP valenciano», añadió. Fullana consideró que lo normal es negociar todo aquel presupuesto al que se presenten enmiendas.

Por su parte, el presidente del PP de la provincia de Alicante, José Císcar, pidió un primer paso a Compromís para hablar «cuando dejen de ver tan difícil» el acercamiento. «Si Compromís deja de verlo tan difícil, el PP se sentará con ellos. Si ellos están dispuestos, nosotros también».