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El bloqueo a la nueva financiación condena otra vez a la Comunidad a la cola en 2018

La continuidad del actual sistema, caducado desde hace cuatro años, convierte a la administración valenciana en la que tendrá menos ingresos extraordinarios del modelo durante el próximo ejercicio

El Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, esta semana en el Congreso de los Diputados. efe

El bloqueo a la nueva financiación autonómica -confirmado esta semana por el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro- condenará a la Comunidad Valenciana, una vez más, a la cola del sistema durante 2018. La continuidad del actual modelo, caducado desde hace ya cuatro años, convertirá a la a administración valenciana en la que tendrá un menor crecimiento de ingresos durante el próximo ejercicio. Nada menos que tres puntos por debajo de la media del conjunto de España. Y con comunidades que percibirán cantidades, siempre atendiendo a variables en función de los porcentajes, hasta diez veces superiores a las que tendrá la Comunidad, de acuerdo a los datos de uno de los últimos informes de la prestigiosa fundación Fedea que dirige el economista Ángel de la Fuente. Así que la Generalitat, salvo que se produzca un giro y se acelere la negociación del nuevo modelo, volverá a sufrir los efectos de un sistema que deja sistemáticamente a los valencianos a la cola del reparto y que genera un expolio anual de, al menos, 1.325 milones para poder cubrir las competencias de servicios básicos fundamentales como Educación, Sanidad o Bienestar Social.

Como se puede apreciar en el cuadro anexo que acompaña esta información, conforme a las previsiones de Fedea, la Comunidad Valenciana ingresó del sistema en este 2017 que está a punto de finalizar un total de 10.183 millones. Para el año próximo, los datos tabulados por el economista Ángel de la Fuente apuntan que, de continuar el actual sistema como así parece, esa cantidad se elevará hasta los 10.267 millones, apenas un 0,82% más. También percibirán claramente por debajo de la media Cataluña y La Rioja. Cerca de quedar a la par están Andalucía, Extremadura y Murcia. Y salen claramente beneficiadas Galicia, Cantabria, Castilla y León, Asturias, Castilla-La Mancha, Madrid, Baleares, Aragón y Canarias, la más beneficiada al incrementar sus ingresos procedentes del sistema en más de un 8,6%. La Comunidad Valenciana se queda, de esta manera, otra vez a la cola: a más de tres puntos de la media y a casi ocho del territorio que sale primado con este sistema, que data de la época de Zapatero pero que el PP mantiene.

Los datos cargan todavía más de razones a los promotores de la importante manifestación que se celebró hace una semana en València convocada por los sindicatos y que, a su vez, contó con la participación de colectivos sociales, empresarios y de partidos políticos -todos los del hemiciclo de las Cortes con la única excepción del PP, que no se quiso sumar a la manifestación- para reclamar un trato justo desde Madrid. Y además, si cabe, refuerza aún más el discurso crítico del Consell después de que esta semana el Congreso de los Diputados, con el respaldo del PP, del PSOE y de Podemos y con el rechazo de Cs y Compromís, validará una solución para el «cupo vasco» -el ventajoso y opaco sistema de financiación con el que cuenta ese territorio- para tratar de salvar sus propios presupuestos -la única vía que tiene para evitar una convocatoria de elecciones es contar con los votos claves del PNV- con mejores condiciones y hasta 2021. Mientras ratificaba, por contra, que el nuevo modelo de reparto para territorios como la Comunidad se retrasará más allá de las elecciones catalanas y, con toda seguridad, no se podrá desplegar este año. Un escenario que aboca de nuevo a la Comunidad a quedarse a la cola del sistema. «Seremos los más perjudicados. Esa es la conclusión», subraya Julián López Milla, secretario de Financiación Autonómica de la ejecutiva de los socialistas valencianos.

Menos obstáculos

Para el dirigente del PSPV, el retraso en la reforma de la financiación acabará teniendo un impacto en todas las comunidades pero «al final supondrá más perjuicio para la peor financiada, que es la Comunidad Valenciana. Y en 2018 se acentúa esta situación porque seremos los peor tratados por el modelo». Julián López Milla reprocha al PP su doble vara de medir con este asunto: «Se quejan mucho del modelo, pero llevan aplicándolo, sin cambiarlo, desde 2012. Incluso han dejado de hacer la revisión de enero de 2014 para corregir los desajustes». «Así, Mariano Rajoy -continúa con su argumentación el cargo socialista- hace suyo todo el modelo de 2009, menos el mecanismo de revisión que estaba previsto. Y que no aplica. Dice defender la negociación en los despachos, pero tuvo 3 años y medio, los que coincidió el gobierno del PP en la Comunidad y en España, para desplegar esa estrategia. Y no consiguió nada. Ya que no quiere sumarse al movimiento reivindicativo que aglutina a la inmensa mayoría de valencianos, al menos, que no ponga obstáculos», concluyó López Milla.

El problema de la financiación se remonta a la década de los 80 cuando la Generalitat empezó a gestionar las competencias de Sanidad o Educación sin financiación para su desarrollo lo que obligó a recurrir al endeudamiento para sufragar infraestructuras esenciales que, sin embargo, otros territorios recibieron «gratis total» desde el Estado. El resultado final es que, en estos momentos, la Comunidad acumula una deuda, según los informes trimestrales del Banco de España, de unos 45.000 millones, casi la mitad de ellos producto de la infrafinanciación; y además es la única autonomía que aporta de forma neta al sistema de reparto pero que a cambio recibe menos de lo que correspondería: 258 euros menos por habitante que la media. Estamos ante la cuestión clave de la agenda política valenciana. Sin una financiación justa, el nivel de autogobierno actual de la Generalitat es inviable.

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