Lejos de remitir, la crisis del Pacte del Botànic se agranda cada día un poco más con el debate de los presupuestos de la Generalitat para 2018. En las últimas horas, Compromís ha imprimido un giro de 180 grados a su estrategia para tratar de que Podemos vuelva al redil y se sume al acuerdo para aprobar las cuentas. La coalición de izquierdas lanzó un órdago que deja a los socialistas y, en especial, al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en una situación muy delicada. Están dispuestos a respaldar a los morados para aplicar de inmediato en el ejercicio de 2018 la tasa turística. «Vamos a poner toda la carne en el asador para que ese acuerdo se produzca», apuntó el portavoz de Compromís en las Cortes, Fran Ferri, al término de la Junta de Síndics. Una sesión que evidenció las diferencias en este asunto con los socialistas, que volvieron a rechazar la implantación de ese impuesto por problemas técnicos y, sobre todo, la falta de consenso entre los empresarios del sector turístico.

Al término de la Junta de Síndics en las Cortes, Ferri avanzó que la dirección de Compromís se reunirá esta semana para fijar su postura con un modelo de tasa turística. Ese movimiento tiene como objetivo abrir una negociación con el PSPV y Podemos para intentar que, finalmente, la tasa turística se incluya en el presupuesto de la Generalitat para el próximo ejercicio de 2018, documento en el que hasta ahora no figura. Como cesión para garantizar el respaldo de los diputados de Antonio Estañ a las cuentas autonómicas, Compromís evitaría presentar una enmienda propia a la Ley de Acompañamiento y estaría dispuesto a sentarse a negociar sobre la base de la que ya han registrado desde Podemos.

Como se recordará, los votos de la formación de Mónica Oltra y de los morados en las Cortes fueron decisivos para que durante el último debate de Política General se aprobara en el hemiciclo autonómico una resolución en la que se emplazaba al Consell a implantar la tasa turística. Posteriormente, sin embargo, Compromís mantuvo esa reivindicación en un segundo plano tanto en la confección del documento como, con posterioridad, en la última reunión de los tres socios del Pacte del Botànic. Ahora, la coalición de izquierdas vuelve a poner este asunto en la primera línea de la agenda política como una cuestión clave del trámite parlamentario que arrancará la próxima semana con el debate de las enmiendas parciales a los presupuestos del Consell para 2018 a pesar del riesgo que supone en una provincia como Alicante, la circunscripción en la que Compromís tiene más problemas.

Pero desde luego, más allá de eso, mete a los socialistas en un problema. La propuesta de Podemos podría contar con el respaldo, de esta manera, de Compromís y también de los exdiputados de Cs que encabeza Alexis Marí, partidarios hasta ahora de la tasa turística. En contra está claramente el PP y casi seguro los de Albert Rivera, que se abstuvieron en su momento. Para frenar ese impuesto, los socialistas se tendrían que mojar con un voto en contra que supondría una fractura en el Botànic. Manolo Mata, síndic del PSPV, volvió a rechazar la tasa en las Cortes pero, desde luego, la crisis del Consell continúa abierta. Y muy abierta.