Cuando el pasado mes de enero, el jefe del Consell, Ximo Puig, participó en la conferencia de presidentes autonómicos que se celebró en el Senado, los medios de comunicación de Madrid apenas le preguntaron por la propuesta que lanzó para resolver el problema de la financiación autonómica en 2017. un asunto que afecta a toda España. Lejos de eso, se interesaron especialmente por las críticas del presidente de la Generalitat contra su homóloga madrileña, Cristina Cifuentes, a la que acusó con toda la razón de deslealtad por convertir ese territorio en un «paraíso fiscal» con exenciones de impuestos que, por contra, sí se tienen que cobrar en otras autonomías que tienen graves problemas de financiación como la Comunidad Valenciana. Este fin de semana, los medios de Madrid tampoco vieron más allá de la Plaza de España. Los informativos de las televisiones capitalinas se hicieron eco de una manifestación convocada por la sociedad civil de Extremadura reclamando mejoras en las comunicaciones por tren mientras obviaron la multitudinaria protesta contra el expolio que sufre la Comunidad con la financiación y las inversiones. ¿Diferencias? Una se celebró en el centro de Madrid y otra en València. Los regantes de la provincia cogieron al vuelo la idea: se marcharán el 15 de enero a la Puerta del Sol para exigir medidas contra la sequía. Así que para hacer visible el grave problema de la financiación sólo queda, parece, una vía: colapsar la Castellana.