Por fin se lanza usted a ejercer un liderazgo dentro del PSPV.

Un paso como este debe ser algo muy meditado. Ocupar un cargo no puede ser nunca el fin. Es un instrumento para desplegar una serie de políticas. Para ayudar a consolidar mayorías. O para generar alternativas de gobierno. Ese es el objetivo.

Y además llega a la secretaría provincial del PSPV como candidato único.

Ha sido menos complicado de lo que pudiera parecer. Ha habido buena predisposición por parte de todos. De los que en procesos anteriores defendieron una candidatura u otra. Y entre todos hemos considerado que lo lógico era evitar ese clima de tensión de tener que elegir para ponernos a trabajar de inmediato. Es una muestra, con los tiempos que estamos viviendo, de que hablando se puede llegar siempre a acuerdos.

¿Por qué usted y no cualquier otra persona? Habiendo acuerdo...

Yo me he tenido que convencer de ello. El espíritu que hemos generado en Xàbia con un gobierno de pacto en 2011 y una mayoría clara ahora supone un mensaje claro. Yo tengo una situación en mi municipio con 14 concejales de 21 que me permite dedicar más tiempo al partido. Y, finalmente, además tengo que asumir una responsabilidad: hay compañeros que me piden que diera este paso. Hace cinco años no era mi momento pero ahora creo que tengo más experiencia para encabezar el proceso.

¿Influye en la decisión su papel como portavoz en la Diputación

Creo que sí. Todo se retroalimenta. Si al final la misma persona es el portavoz en la Diputación y el secretario general el mensaje será más nítido, más definido y puede clarificar la relación que tengamos con los diferentes actores sociales de la provincia. Desde vecinos hasta empresarios. Puede facilitar muchísimo.

¿Qué mensaje pretende usted que salga de ese congreso provincial convocado para mediados del mes de diciembre?

Tenemos que consolidar el poder municipal que ahora tenemos. Y que se nos visibilice de forma clara como una alternativa. Dentro del partido, debemos mostrarnos como un partido de gobierno que huye de las estridencias y el tremendismo, todo lo contrario de lo que hacen algunos para tapar su falta de gestión.

¿Se refiere al gobierno del PP en la Diputación con César Sánchez?

Sí. Efectivamente. Posicionarse en contra de que los niños alicantinos no tengan libros gratis es una estridencia. No actuar como gobierno sino como oposición, muchas veces desde el tremendismo, es otra estridencia. No puede ser que lo único que haga una institución, día sí día también, sea buscar la confrontación con el Consell. Sólo buscan tapar una gestión que no puede ser buena.

¿Cuál debe ser el relato político de la ejecutiva que va a liderar?

Estar en los problemas que pueda tener la provincia para, de una manera coordinada con el Consell, convertirnos en una parte de la solución. Y superando cosas. Tengo la suerte de proceder de una comarca como la Marina Alta que ejerce como nexo de unión con Valencia. Y tenemos que caminar en esa dirección.

¿Hacia dónde?

Al final todos formamos parte de una misma Comunidad. Tenemos muchas cosas que nos unen...

¿Una mayor vertebración?

Sí. Vertebrar el territorio, unirlo y sentirnos orgullosos de pertenecer a la Comunidad Valenciana. Tenemos que ir contra ese mensaje que quiere dividir y confrontar a Alicante con Valencia. Lo debemos de superar de una vez. Hay que trabajar juntos y en una misma dirección desde la lealtad y el respeto institucional. Esta provincia debe sentirse importante porque lo es, como así se refleja en los presupuestos de la Generalitat para 2018. Alicante es un punto estratégico clave de esta Comunidad.

¿Renuncia usted a ejercer un papel de «Pepito Grillo» con la dirección del PSPV, como sí hacía su antecesor David Cerdán?

Habrá que hacerlo cuando toque. Pero tiene que haber una sintonía clara entre la ejecutiva del PSPV y la dirección provincial. Debemos dar ejemplo. Tenemos que hablar, dialogar, comunicarnos... para dar solución a los problemas. No se trata de buscar sólo la confrontación, como hace la Diputación. Hay que trabajar de acuerdo con la Generalitat para proponer alternativas y soluciones.

¿Estaría de acuerdo con la supresión de las diputaciones?

Hay que hacerles útiles de verdad... mientras estén. Su desaparición depende de una reforma de la Constitución. Vamos a ser realistas. Una Diputación más útil estaría más cerca de los municipios. Algo no se está haciendo bien cuando el dinero que llega a los municipios desde la Diputación de Valencia dobla el que está destinando la Diputación de Alicante. Queremos una institución al servicio de los municipios y no de las decisiones de un partido político.

Alicante es la provincia clave que permitió a Ximo Puig

Mucho. Pero estoy convencido de que podemos hacer las cosas bien. La realidad es que allí donde gobernamos la gente percibe que se ha producido un cambio importante. Venimos de 20 años de gobiernos del PP con un desastre mayúsculo. La acción de este Consell va calando como una lluvia fina. Y los socialistas alicantinos tenemos que hacer un esfuerzo por mejorar esos resultados explicando esas políticas para consolidar el gobierno de la Generalitat.

¿Un Pacte del Botànic II?

Creo que están dando un ejemplo. Gobernar en coalición no es fácil. Pero cuando se hace bien, los beneficios para los ciudadanos son muy importantes. Y eso se puede ver, sin ir más lejos, en estos presupuestos. Ejemplo: el 75% de la inversión ferroviaria de toda la Comunidad se ejecutará en la provincia. Eso significa dos cosas. Primera: la Generalitat está volcada con Alicante. Y segunda: en 20 años, el PP no invirtió ni un céntimo en nuestras comarcas. Son unos presupuestos sociales, con equilibrio territorial y con apuestas importantes para esta provincia. Y todo ello, además, con las dificultades que nos están poniendo desde Madrid con el enorme déficit del sistema de financiación autonómica.

Hablando del presupuestos y siendo usted alcalde de un municipio turístico. El proyecto no incluye la tasa turística pero Podemos quiere volver a ponerlo sobre la mesa. ¿Cuál es su posición?

No es el momento. Desde la Agencia Valenciana de Turismo se ha demostrado una especial sensibilidad con el sector. Se ha hecho lo que se tenía que hacer. Reunirse con los empresarios, hablar, ver pros y contras... y, cuando se ve claramente que no sería lógico ahora mismo aplicar una medida como esa, la posición del Consell ha sido clara y nítida.

Con su elección se cierra un círculo. Los líderes del PP -César Sánchez y José Císcar-, de Compromís -Gerard Fullana- y ahora del PSPV junto a actores económicos proceden todos de la Marina Alta. ¿Qué ha ocurrido para concentrar el poder en una determinada comarca?

Creo que es una casualidad pero tiene su importancia. La Marina Alta es una comarca que puede vertebrar toda la provincia y unirla al resto de la Comunidad. Es algo completamente necesario. Es una comarca que representa muy bien a toda la provincia. Es diversa, tiene mar y montaña, se cambia del valenciano al castellano con total normalidad, un sector empresarial y turístico potente, un carácter especial... A veces lo comento con Gerard Fullana. Una comarca, además, que está aíslada y abandonada sin conexión ferroviaria y con una autopista de peaje. Siempre se dice que estamos igual de cerca de Valencia que de Alicante pero, en realidad, estamos igual de lejos. Es una gran oportunidad.

Van a recuperar, precisamente, la organización comarcal en el PSPV. ¿Qué papel le quiere dar?

Creemos que hay un sentimiento de pertenencia a cada comarca. Lo debemos consolidar con un impulso para que tengan un papel clave en las próximas elecciones municipales. Deben tener mucho peso. Y no hay que tener ningún miedo a esos liderazgos compartidos. Van a estar los siete secretarios comarcales en mi nueva ejecutiva con voz y voto.

Pero Ferraz ya ha paralizado el proceso de primarias comarcales, previsto para el 19 de noviembre...

El PSPV intentó agrupar las dos elecciones para ganar tiempo. Pero los estatutos no permiten que se celebren hasta que no acabemos con todo el proceso de la provincial.

Ámbito local. ¿Tiene arreglo la grave crisis institucional en el Ayuntamiento de Alicante

Me preocupa muchísimo. Las direcciones del PSPV y Compromís han hecho un gran esfuerzo por resolver una situación muy complicada. He escuchado en primera persona al alcalde Gabriel Echávarri. Es un tema del ámbito administrativo. Espero que se resuelva bien lo antes posible. Pero lo importante es la acción de gobierno y que todo funcione.

¿Debe dimitir el alcalde de Alicante por una segunda imputación?

Espero que no se produzca.

¿Y si llega?

Hay imputaciones e imputaciones. ¿Debía haber dimitido la concejala Eva Montesinos?

¿Cree que hay que esperar entonces a la apertura de juicio oral?

Prudencia. Hay que esperar sí. Pero en el plano político hay que cambiar las relaciones del día a día del gobierno con generosidad para que funcione mejor. Gobernar en coalición es complicado pero puede ser bueno. Habría que poner mucho sentido común por parte de todos.

Usted es secretario de Federalismo y Valencianismo en la dirección del PSPV. ¿Qué le sugiere lo que está pasando en Cataluña?

Tristeza. Es un fracaso de la política. De no haber sido capaces de dialogar y de buscar una solución desde el sentido común a un problema que existe. Ha llegado al peor punto al que se podía llegar. Respeto la decisión judicial pero duele muchísimo ver que dirigentes políticos hayan tenido que entrar en prisión.

¿Le parece desproporcionada la decisión de la juez sobre los miembros del gobierno catalán?

Respetando a los jueces, me parece una medida desproporcionada.

¿Considera que el PP y Cs están trasladando ese campo de batalla a la Comunidad Valenciana?

Sí. Y me parece lamentable. Tremendismo para tapar una nula gestión. Es la única explicación. Se dedican a hablar de esto en lugar de ofrecer soluciones a los problemas.

No lo piensan así ni el PP ni tampoco Cs. Denuncian que en las escuelas se está adoctrinando...

Es una gran falsedad. Lo digo muy claro: alucino. Tenemos unos docentes muy preparados. Censuro que ese partido que dejó la Educación valenciana en una situación lamentable se permita ahora decir estas cosas. Se descalifican a si mismos.