No habrá tasa turística, como mínimo, durante 2018. La conselleria de Hacienda, dirigida por Vicent Soler, está ultimando el documento de presupuestos que remitirá a las Cortes para su tramitación parlamentaria, probablemente, el 31 de octubre -último día del plazo- sin el detalle del impuesto que gravaría las pernoctaciones turísticas en la Comunidad. Una iniciativa política -impulsada en su momento por los diputados de Podemos- que tampoco aparece en el borrador de la Ley de Acompañamiento, la norma que desarrolla jurídicamente el despliegue de las cuentas autonómicas. Sí podría facilitarse a los morados, cuyo voto es decisivo para aprobar los presupuestos, la concesión de estudiar una tasa turística en el futuro a través de cambios legales en otras normas.

El nuevo secretario autonómico de Podemos, Antonio Estañ, como se recordará, propuso la implantación de la tasa turística durante el último debate de política general en las Cortes. La resolución salió adelante con el apoyo de los podemitas a los que se sumó el grupo parlamentario de Compromís y cuatro exdiputados de Cs encabezados por Alexis Marí. Los socialistas y los de Albert Rivera se abstuvieron y únicamente el PP votó en contra. Desde entonces, para ganar visibilidad frente a sus socios, Antonio Estañ -penalizado por un escenario en el que ni es gobierno ni tampoco oposición- redobló su apuesta por la tasa turística y lo puso como una de las condiciones para la negociación de los presupuestos de la Generalitat en 2018.

La previsión, de acuerdo con un informe elaborado por la propia conselleria de Hacienda, era que la implantación de la tasa -un recargo que, en todo caso, debería tramitarse como impuesto- pudiera generar ingresos de hasta 48 millones. Sin embargo, la tesis del Consell, certificado también durante las últimas semanas que la iniciativa tampoco cuenta con el visto bueno de los empresarios del sector, es que la puesta en marcha de este tipo de tasa -aplicada ya, por ejemplo,en Cataluña o Baleares- deben madurarse, estudiarse con calma y siempre de acuerdo con los afectados. Así que, inicialmente y a expensas del largo trámite en las Cortes, no figura ni en el borrador de la Ley de Acompañamiento ni tampoco en la de Presupuestos.

La intención del conseller Vicent Soler, en un primer momento, era acudir a las Cortes el próximo viernes para registrar el documento pero, finalmente, es casi seguro que ese acto protocolario se oficialice el martes 31 de octubre. Aunque aún hay negociaciones abiertas, la polémica tasa turística no estaría sobre la mesa. Como gesto a Podemos, socio necesario para aprobar los presupuestos, la negociación podría incluir, efectivamente, la alternativa de empezar a estudiar la puesta en marcha de la tasa en el futuro -sin especificar un marco temporal- pero a través de otra normativa. Como se recordará, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ya sugirió, por ejemplo, la posibilidad de abordar el asunto en la reforma de la Ley de Haciendas Locales, desde Podemos pusieron sobre la mesa la modificación de la Ley de Tasas y también quedaría todo el trámite parlamentario de la Ley de Turismo, que inició el viernes su largo periplo en las Cortes. Pero en ningún caso sería de aplicación, por los plazos, en el año 2018.