El conflicto territorial y la crisis con Cataluña han reavivado a la ultraderecha en la Comunidad Valenciana. La primera evidencia se vio durante los actos de celebración del día 9 d'Octubre en València, especialmente en la manifestación por el «Sí al valenciano», donde un grupo de «ultras» de extrema derecha agredió a varios manifestantes y forzó, incluso, un cambio en el recorrido de la marcha. El último episodio ha sido el acoso a la vicepresidenta del ejecutivo autonómico, Mónica Oltra, en su domicilio familiar en la noche del miércoles. Los acontecimientos han llevado al Consell a solicitar a la Abogacía de la Generalitat que presente ante la Fiscalía una denuncia por delitos de odio y alteración del orden público por los actos violentos de ambos días.

Así lo anunció el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, en la sesión de control del pleno de ayer, en donde subrayó que su gobierno «no consentirá este tipo de episodios». Las Cortes Valencianas mostraron en una declaración institucional su «enérgico rechazo» a los ataques a la integridad física y moral que se vivieron contra la sociedad civil y contra diversos representantes de las instituciones valencianas durante la celebración del pasado 9 d'Octubre, un acuerdo que forzó la marcha atrás de PP y Cs, grupos parlamentarios que un día antes no firmaron la declaración en la que se manifiesta la «firme condena a los actos violentos, verbales y físicos, ocurridos durante la procesión cívica matinal y la manifestación vespertina con motivo del Día de la Comunidad».

La vicepresidenta del Consell anunciaba pocas horas después de sufrir lo que ella tildó como un «episodio de intento de intimidación por parte de unos fascistas» que denunciará los hechos. «Ayer vinieron a por mí, pero mañana pueden ir a por cualquiera; si no frenamos al fascismo, al final se apodera de todo y, lamentablemente, en la historia hay ejemplos de esto», advirtió minutos antes de la sesión de control al presidente. Relató, en declaraciones recogidas por Europa Press, que el mensaje que quieren dar estos grupos es el de "sabemos dónde vives y sabemos dónde está tu familia", «un mensaje intimidatorio para que yo sepa que nos pueden hacer daño».

En un principio, tanto Oltra como su familia, al ver las máscaras que portaban pensaron que tenía que ver con Halloween y, de hecho, hizo un comentario a su hijo sobre cuánto se estaba adelantando esta fiesta. «Pero no fue Halloween, cuando empezaron a desplegar la bandera española y a poner el himno y a Manolo Escobar me di cuenta de que era un acto intimidatorio de los fascistas». Apartó a sus hijos de la ventana y apagó las luces.

Su hijo mayor le preguntó si eso era la política, a lo que ella le respondió que no, «pero a veces las personas libres tienen que defender sus derechos y libertades», le contestó. Prosiguió diciendo que intenta educar en casa a demócratas sin miedo.

La Guardia Civil ya ha abierto una investigación sobre el acoso a Oltra. El delegado del Gobierno en la Comunidad, Juan Carlos Moragues, señaló ayer tras condenar el suceso que no aportará dato alguno a los medios hasta que finalice la indagación de los actos, acometidos por España 2000 y que fueron retransmitidos en directo por internet. Según Moragues, la Guardia Civil «actuó de forma inmediata y a los cinco minutos se personó en el domicilio de la vicepresidenta» y confirmó la identificación de varios particpantes. Además, elevó a 13 los arrestos por los actos fascistas del 9 d'Octubre.

El delegado del Gobierno llamó a Oltra esa misma noche tras conocer lo sucedido, una conversación en la que él mismo reveló que hablaron de hacer una reflexión colectiva «para orillar los extremismos y erradicar cualquier tipo de violencia o intimidación, sea del signo que sea». Apeló a la moderación de los responsables políticos «pues debemos trasladar un mensaje de calma y tranquilidad», apostilló.

Reacciones en las Cortes

La síndica del PPCV, Isabel Bonig, se sumó a las condenas, pero indicó que le llevará fotografías de «cómo se producían actos también violentos e intimidación contra miembros del PP» como la exalcaldesa de València Rita Barberá; el expresidente de la Generalitat Francisco Camps y otros dirigentes populares como Esteban Gónzalez Pons o José Císcar. «Todo hay que condenar y perseguir», dijo.

La portavoz de Cs en las Cortes, Mari Carmen Sánchez, expresó su condena «total y absoluta» al acoso a Oltra porque «es totalmente inadmisible e intolerable que en un estado de democracia se produzcan estos hechos».

Por su parte, el portavoz del grupo de Compromís agradeció a la vicepresidenta del Gobierno valenciano «su valentía, coraje y compromiso con la gente desfavorecida» frente a aquellos que «intentan intimidar a la política mejor valorada de este país».

El portavoz de Podemos, socio parlamentario del Consell, Antonio Estañ, lamentó que se quiera equiparar a un escrache a lo ocurrido a las puertas de la casa de la vicepresidenta. «Un escrache nació en Argentina contra un gobierno fascista y en defensa de unos derechos, lo que le han hecho a Oltra tiene que ver con el odio que se está alentando y con la equidistancia de muchos grupos que los hacen sentir impunes», agregó.

Durante la sesión en las Cortes se leyó también una declaración institucional de homenaje al joven fallecido en 1977 Miquel Grau.

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