«No sé si tiene sentido que sigamos apostando por que la Agencia Europea del Medicamento vaya a Barcelona y, barriendo para casa, Alicante está extraordinariamente bien colocada para ese tema». Así se pronunció ayer el exministro de Exteriores y número uno del PP por Alicante al Congreso de los Diputados, José Manuel García Margallo, quien apostó por prescindir de la citada agencia en Barcelona, ciudad que se decidió que albergara el organismo europeo, para llevarla a Alicante después de la crisis abierta con la comunidad que dirige Carles Puigdemont, donde la actitud del gobierno catalán fue catalogada por Margallo como un nuevo golpe de Estado.
En un acto en Valencia por la promoción de su nuevo libro, «Por una convivencia democrática», el exministro dijo que la ciudadanía catalana se ha dado cuenta de que las empresas no pueden vivir fuera de la Unión Monetaria. Respecto a la Comunidad Valenciana, señaló, «a corto plazo no habrá un traslado de personal, pero no es lo mismo un país de matrices, que un país de filiales». «Donde está la sede es importante y, a parte, está el daño a Cataluña reputacional», manifestó respecto a las empresas que han decidido trasladar su sede a la Comunidad Valenciana. En este sentido, abogó por recuperar la idea de que Alicante sea sede de la Agencia Europea del Medicamento y prescindir de la Ciudad Condal después del desafío independentista y el referéndum del 1 de Octubre.
Sobre la actitud del Gobierno central opinó que hay que dejar margen de maniobra al presidente, Mariano Rajoy, «porque es muy importante mantener la unidad de los partidos constitucionalistas». «Dicho esto este juego de pasapalabra debe terminar. La incertidumbre perjudica a España y a Cataluña y cada día que pasa es un día en que las empresas se van, la fractura social aumenta y la inseguridad jurídica es más patente», añadió.
Preguntado por la responsabilidad en la crisis con Cataluña, Margallo dijo que la culpa es de los soberanistas catalanes. «En la Transición se hizo un gran esfuerzo por resolver la cuestión territorial. La Constitución habla de autogobierno y el Estatut fue asumido por todos los partidos. Los distintos gobiernos hemos tenido una parte de responsabilidad en no ejercer las competencias en materia de homologación de títulos, de leyes básicas en materia de Educación y en la alta inspección», indicó, y apostilló que el error del PSOE fue «derogar el recurso previo de inconstitucionalidad que hubiera permitido recurrir un estatuto aún no votado por Cataluña».
Respecto a si es necesaria la reforma constitucional señaló que siempre lo ha sido. «Sólo ya por el hecho de que cuando se hizo no estábamos en la Unión Europea. La reforma nos afecta a todos: financiación, Senado, competencias. Es obvio que existe un divorcio entre gobernantes y gobernados, también por la corrupción. Que hay que hablar de buen gobierno, de la gente que se considera olvidada por la crisis, de derechos sociales nuevos y nuevas realidades como la biomedicina». Respecto al título VIII de la Constitución dijo que era un camino para llegar a la autonomía, pero no establecía unas normas de funcionamiento correctas «y eso nos ha llevado a un contencioso permanente, que no ayuda a mantener la convivencia» .
En cuanto a la reforma de la financiación, Margallo apeló al «café para todos». «Cualquier reforma de la organización territorial incluyendo la reforma de la financiación, es decir, competencias y recursos, no se puede traducir en privilegios para ninguna región. Solo faltaba que se premiara a los golpistas a costa de quien ha respetado a la Constitución, Y eso debemos tenerlo claro en la Comunidad Valenciana», sentenció el exministro.
