A día de hoy, preocupan en las filas del alto mando del PSPV dos asuntos. Y mucho más que el proceso congresual de los socialistas alicantinos que arrancará el próximo viernes con la convocatoria que realizará la gestora. Son el éxito de la Volvo Ocean Race y la grave crisis por la que atraviesa el Ayuntamiento de Alicante. En el primer caso, al menos esa es la impresión que está barajando el Consell, parece que el desarrollo de estas jornadas previas al arranque de la prueba camina en la buena dirección. No sólo por los niveles de asistencia -por primera vez en la historia el pasado jueves se tuvieron que cerrar los accesos ante la avalancha de público- sino también por la excelente imagen que está ofreciendo de la ciudad de Alicante. Así que el gran objetivo del ejecutivo autonómico, en estos momentos, es que la salida del evento deportivo se complete en la misma línea con la que ha arrancado.

En clave interna, el gran problema, apuntan estas mismas fuentes, es la grave crisis del equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Alicante en dos direcciónes: la imputación del alcalde Gabriel Echávarri y también la de la portavoz municipal del PSPV, Eva Montesinos; pero por otro lado, igualmente, la imagen de trifulca pública permanente que se ofrece en los últimos días con la bronca entre el primer edil y los concejales de Guanyar. La posición de la cúpula de los socialistas valencianos sigue siendo la misma que en los últimos tiempos: volver a redefinir el pacto con una agenda de objetivos concretos y con Compromís actuando como socio preferente. Pero, en cualquier caso, entre el alto mando socialista no agradan ni un ápice las salidas de tono de Gabriel Echávarri. Una cosa es la disputa del debate político, detallan, y otra utilizar las plataformas institucionales. C0n ese panorama y la crisis catalana, el congreso es caza menor.