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El candidato que nunca quiso liderar el partido

El portavoz en la Diputación y alcalde de Xàbia logra el respaldo del núcleo duro de Ximo Puig para apuntalar su proyecto en la provincia

El candidato que nunca quiso liderar el partido

El aparato le ha tanteado en varias ocasiones para ser figura clave del partido en Alicante en momentos de crisis. Además de alcalde de Xàbia, su principal vocación, es también portavoz del grupo socialista en la Diputación. El secretario general del PSPV, Ximo Puig, le encajó una secretaría de nueva creación en la comisión ejecutiva nacional como secretario de valencianismo y federalismo. Con los momentos más duros de partido, la figura de José Chulvi (Xàbia, 1970) ha ido escalando posiciones en el mapa orgánico socialista.

Su desvinculación de toda lucha interna, su talante conciliador; su falta, incluso, de contundencia y su aparente poca habilidad para decir «no» hacen de él un político de carácter afable que en este momento a la estrategia de Puig le puede interesar. Tras las duras pugnas que ha vivido la formación, tanto a nivel federal como también en la Comunidad, el talante de Chulvi y la importancia que da al equipo -y que él mismo afirma que le viene de su interés por el baloncesto, deporte en el que tiene experiencia como entrenador- se han valorado desde el núcleo duro de Ximo Puig.

Sus apoyos le definen como hombre de consenso, de diálogo, integrador y poco dado a «engancharse» en disputas por muy poco que éstas suban de tono. Ese talante le lleva a ser leve en la crítica, aunque sus defensores no consideran que sea un político blando, sino que lo definen más como un perfil político que intenta aunar voluntades. Y es que Chulvi no tiene ese temperamento que se le presupone a un líder político. No es un mandatario al uso. Su tono manso lo deja ver constantemente en los plenos de su ayuntamiento, y especialmente en la Diputación de Alicante, donde la tensión con el Consell y la institución provincial le podría valer el papel de ariete del PSPV contra el PP y de líder de la oposición en esta institución alicantina, un protagonismo que en muchas ocasiones le quita el portavoz de Compromís, Gerard Fullana.

Otros socialistas, sin embargo, creen que Chulvi adolece del férreo liderazgo político que necesita ahora el PSPV en la provincia y que no es un perfil de acaparar grandes cargos orgánicos. Le costó posicionarse junto a la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, en las primarias del pasado mes de mayo frente a Pedro Sánchez. Pero una vez que lo hizo, mostró claramente su inclinación. En ese momento se alineó con su secretario general, Ximo Puig, que ve en él un aporte de paz en Alicante fiel a la dirección del partido. Algo que para Puig es importante después de los encontronazos que ha tenido con el anterior secretario general de los socialistas alicantinos, David Cerdán.

Tanteos

Él mismo ha dicho siempre que su gran aspiración es su pueblo, donde tiene 14 de los 21 concejales. Cómodo como alcalde de una de las localidades más turísticas de la provincia, se le ha notado que, sin embargo, le raspa un poco el tacto de la primerísima fila. El PSPV lo propuso para presidir la gestora provincial tras la dimisión de David Cerdán al frente de la secretaria general. No era del todo de su agrado, pero Chulvi tiene claro que hay que estar a lo que le diga el partido. Se le tanteó también, desde un primer momento, para la secretaría general de la provincia una vez el partido se puso a buscar candidato. Porque aunque el sector oficialista de Ximo Puig haya barajado varios nombres para liderar la formación -el delegado de Presidencia en Alicante, Esteban Vallejo; el diputado y alcalde de Alcoy, Toni Francés y hasta la secretaria de organización, Toñi Serna- lo cierto es que Chulvi nunca estuvo fuera de la terna.Es el perfil, según sus adeptos, indicado para el momento que atraviesa el partido. No obstante, ha habido que achucharle.

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