Habrá reforma de la Constitución para buscar el nuevo encaje de Cataluña en España. El Gobierno de Rajoy, siempre reacio, acepta a cambio de que los socialistas de Pedro Sánchez den apoyo a la activación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, que ayer comenzó a aplicarse con el requerimiento al presidente, Carles Puigdemont, para que en el plazo de cinco días diga si el martes declaró o no la independencia. Se aproxima así un momento clave para el rediseño del Estado de las Autonomías, largamente esperado por el Consell y los partidos valencianos para tratar de reequilibrar competencias, adecuar la financiación e introducir en el debate el gran problema valenciano, el del reparto del dinero.

Pero el pacto PP-PSOE inquieta a los socios del Botànic. De hecho, siempre que hay un acercamiento de socialistas al PP (ya ocurrió con la abstención en el pleno de investidura de Mariano Rajoy) las costuras del Botànic se tensan y ahora no será una excepción. Con todo, el acuerdo PSPV-Compromís-Podemos está blindado a las turbulencias de la política nacional desde el primer día y no se romperá por esa vía. Pero esta cuestión es diferente. Aunque los socios del PSPV en el Consell están a favor de que se abra la reforma de la Constitución porque sostienen que después de 39 años el actual modelo territorial está acabado, recelan de que en un pacto estatal PP-PSOE la defensa de los intereses valencianos esté garantizada.

Por eso en Compromís hay alarma porque, aunque gobiernan con el PSPV, no acaban de fiarse en esta cuestión del PSOE, al que incluso consideran un partido distinto al que lidera Ximo Puig, que tampoco es precisamente un dirigente n la línea de Pedro Sánchez. La coportavoz de Compromís y coordinadora del Bloc, Àgueda Micó, admite que es muy posible que en la forma de abordar la reforma de la Constitución su formación acabe discrepando con el PSOE. Anuncia Micó que si lo que hacen Rajoy y Sánchez es cerrar una reforma como la del artículo 135 (blindar el pago de la deuda) sin que participe ningún partido más, Compromís estará en contra. La coalición tampoco apoyará una reforma que excluya a la sociedad civil. «Es probable que no lo veamos de la misma forma porque ellos no querrán abrir un proceso en el que la ciudadanía tenga un papel relevante en las reformas porque querrán blindar un pacto con el PP», dice. Pero es el momento, añade Micó, en el que los socialistas tienen que defender la inclusión del Estado federal. El líder de Podemos, Antonio Estañ, también teme un acuerdo que se cocine «desde arriba» y recela abiertamente de que puedan hacerlo «quienes han demostrado ser enemigos de los intereses de los valencianos», aseguró, y dijo que un pacto estatal entre PP y PSOE «complica bastante» las aspiraciones de la Comunidad. Advierte de que si la apuerta de Puig de liderar un nuevo acuerdo territorial lleva de compañero al PP «no saldrá bien».