Más de cincuenta camiones alicantinos se vieron atrapados ayer en las carreteras catalanas por los cortes de tráfico que se realizaron durante la jornada de huelga convocada por los movimientos independentistas. Estos vehículos realizan habitualmente las rutas europeas, trasladando desde la provincia mercancías a Alemania y países del norte de Europa, entre otros destinos. Y en estas fechas son productos hortofrutícolas, las principales mercancías.

A última hora de la tarde de ayer eran 56 los que la patronal provincial del transporte (Fetrama) tenía cuantificados como vehículos retenidos, sobre todo en la AP-7 en la zona del paso fronterizo a Francia por La Junquera. Pero, además, otros vehículos «tuvieron que optar por tomar rutas alternativas, de entrada o salida a Francia, para evitar el bloqueo en las carreteras catalanas», según aseguraba el secretario general de Fetrama, Francisco Ortiz, quien añadía que muchos de ellos optaron por el paso de Irún.

El representante de Fetrama advertía de que la jornada de huelga ha afectado a muchos camiones que transportan productos hortícolas, al estar los productores alicantinos del sector en plena campaña de exportación a Europa.

Una misma empresa de la provincia tenía ayer seis camiones retenidos en la AP-7, aseguraba Ortiz, quien añadía que los conductores de los vehículos le habían comentado que a finales de la tarde podría empezar a desbloquearse la situación. Además de las propias retenciones, los efectos de la huelga en Cataluña para las empresas de transporte alicantinas van más allá. «En unos casos, hay vehículos que tienen que embarcar mercancía en un barco y no saben si podrán llegar a tiempo. Y a las empresas que hayan decidido que sus conductores tomaran itinerarios alternativos para evitar los cortes de carreteras y el bloqueo, le supondrán sobrecostes en carburantes y kilometraje», añadía Francisco Ortiz.

Fetrama realizará en unos días un balance de las repercusiones que la jornada de paro en Cataluña han tenido para el sector alicantino y tiene previsto enviar «una carta informando de ello a la Subdelegación del Gobierno», añadía Francisco Ortiz.

Y es que la huelga general convocada para ayer en Cataluña por los sindicatos minoritarios tras las cargas policiales del domingo se extendió a todos los sectores de la economía aunque la gran industria siguió funcionando. Los organizadores -CGT, COS, Intersindical-CSC e IAC- celebraron un seguimiento «masivo», superior al 80%.

Según CGT, el impacto de la huelga se extendió a transportes, centros de enseñanza, agricultura y de forma muy relevante en el comercio, mientras que su incidencia fue menor en el sector del metal, con lo que el seguimiento global ha sido de un 80%.

Las movilizaciones se extendieron por toda Cataluña, y entre ellas destacan las de los agricultores, que, según Unió de Pagesos, movilizó unos 5.000 tractores por toda la comunidad a lo largo de la jornada.

En cuanto a infraestructuras, el Puerto de Barcelona mantuvo «paralizada» su actividad durante todo el día, ya que no registró actividad marítima ni terrestre; los servicios mínimos se cumplieron y no se registró ningún acto vandálico en el recinto portuario, según fuentes del enclave portuario.

Por su parte, el Gobierno central cifró en un 8,85% el seguimiento global de la huelga este martes en sus infraestructuras y servicios en Cataluña. En cuanto a aeropuertos, no se canceló ningún vuelo y los aeropuertos de la red de Aena en Cataluña (Barcelona-El Prat, Girona-Costa Brava, Reus y Sabadell) operaron con normalidad.

Diferente fue también la situación en la gran industria, sobre todo en la automovilística. Las tres líneas de producción de la planta de la automovilística Seat en Martorell (Barcelona), una de las industrias de mayor tamaño de la comunidad, funcionaron a pleno rendimiento.

Eso sí, el paro afectó parcialmente a una línea de producción de la planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona. La falta de personal en la planta Nissan de la Zona Franca, donde en esta jornada de paro general trabaja el 70 % de la plantilla, según estimaciones sindicales, obligó a cerrar parcialmente la producción.

En el ámbito del comercio sí hubo paro generalizado. El seguimiento del sector del retail de Barcelona, entre los que figuran el comercio, la restauración y los servicios, fue del 90%, según Fundació Barcelona Comerç. En los ejes turísticos de la capital catalana, como Passeig de Gràcia y La Rambla, abrieron principalmente sus puertas los establecimientos de marcas internacionales, aunque la presión de los manifestantes, conforme avanzaron las movilizaciones durante la mañana, hizo que fueran cerrando. La consellera de Trabajo de la Generalitat, Dolors Bassa, aseguró que el paro general impulsado en Cataluña por los sindicatos y por las entidades soberanistas tuvo un seguimiento «masivo».

Aunque la Generalitat no facilitó una cifra general del seguimiento, la consellera comentó que en el sector sanitario fue de un 75%, «masivo» en el sector educativo y «muy mayoritario» en la administración pública, donde «casi el 100%» de los empleados de servicios centrales de la Generalitat secundaron la protesta.

En cuanto a la justicia, Bassa también consideró «mayoritario» el seguimiento, y dijo que un 79% del personal de la Ciutat de la Justicia lo secundó, un 68% en el caso de la administración de justicia que depende del Estado, y que en la Audiencia de Barcelona y el TSJC fue del 63 %. El impacto no solo se registró en los puestos de trabajo. Los cortes de vía de los organizadores dejaron atrapados en las carreteras a miles de coches, muchos de los que se había desplazado en vehículo para sortear el paro en el transporte público.

Los principales problemas del día, de hecho, se registraron en la red viaria catalana, ya que medio centenar de manifestaciones, cortes y marchas lentas interrumpieron la circulación de más de medio centenar de carreteras,como las autopistas AP-7, la A-7, la A-2 o la C-31, y provocaron colas kilométricas.

En medio de todo este clima, el presidente de la gran patronal catalana, Gay de Montellà, valoró que la situación es complicada y supone una dificultad más para los empresarios catalanes en su objetivo de crear riqueza y generar empleo, ante lo que ha deseado que desde el mundo de la política se encauce esta crisis y se recupere el diálogo.

Por su parte, el presidente del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, declaró que la situación es peor de la que nunca se hubiera podido imaginar y aseguró que podría empeorar en el momento en que se haga una declaración unilateral de independencia.