Coincidiendo con la celebración del Día Europeo de las Lenguas, el conseller de Educación, Vicent Marzà, lanzó la campaña de promoción del valenciano más ambiciosa desde que en 1982 se aprobó en Alicante la Llei d'Ús i Ensenyament. Bajo el lema «Sempre teua. La teua llengua» y con el objetivo de fomentar su uso como «una parte de la vida» de los ciudadanos, la iniciativa se prolongará hasta 2019 -en vísperas de las elecciones autonómicas- con una inversión cercana a los 2,3 millones. En un acto en el que participaron el propio Marzà y el director general de Política Lingüística, el alicantino Rubén Trenzano, se lanzó una campaña «necesaria», en opinión del conseller, para poner el valenciano al mismo nivel que el resto de las lenguas.

Según se desprende de datos que maneja la conselleria, existe una predisposición a su aprendizaje y el 85% de la población quiere un mayor uso aunque hay una parte que únicamente lo utiliza en el ámbito familiar o en los círculos más próximos y en el mundo educativo. Por eso, para Vicent Marzà, hacen falta iniciativas que permitan «prestigiar» el valenciano. «Que todos puedan utilizar la lengua que quieran. Pero que sepan que siempre tendrán el valenciano», explicó el conseller durante el acto. La campaña se desarrollará en prensa digital y escrita, cuñas de radio, carteles publicitarios en València, Alicante, Elche y Castellón además de en las estaciones de tren. Junto al material gráfico se pondrá en marcha un «bus de la llengua» que visitará el máximo número de municipios -ya tiene una ruta con un centenar de localidades incluidas poblaciones castellanoparlantes- y en el que se impartirán talleres didácticos y todo tipo de material publicitario. También se habilitará una página web -www.sempreteua.com- donde se puede descargar el material y ver el anuncio publicitario, además de un perfil de Twitter (@eslateua).

A nadie se le escapa que esta ambiciosa campaña de promoción del valenciano surge en un momento especialmente complejo por el impacto de la situación política que se vive con la convocatoria del referéndum en Cataluña. Y el conseller Marzà, uno de los referentes del ala más nacionalista de Compromís, dejó clara su postura. Alejada de la del presidente Ximo Puig y también de la de Mónica OltraMónica Oltra, número dos del Consell y líder de la coalición. Para Marzà, «no puede ser que la única salida que se esté planteando por parte del Gobierno del Estado sea reprimir en lugar de dialogar». «Alguien debería moverse y ese debe ser el Gobierno de Madrid», agregó cuando fue preguntado por si compartía la opinión de Oltra, que solicitó diálogo para llegar a una solución aunque con la renuncia de Cataluña a celebrar la consulta prevista para el próximo domingo.

El conseller respondió que «ante las dificultades políticas» son necesarias «soluciones políticas». «Hace falta palabra», dijo. «La solución no es la represión en plena democracia», señaló antes de evitar solicitar al presidente catalán la retirada del referéndum, como sí hizo Oltra. «Se tiene que dialogar. No puede ser que la única salida que se esté planteando por parte del Gobierno del Estado es reprimir, en lugar de dialogar, insistió. «Ha habido mucho tiempo para dialogar, aún estamos a tiempo de dialogar y pensamos que se tiene que hacer, porque en democracia las soluciones políticas son soluciones a dificultades políticas, no son soluciones judiciales, porque eso no es una solución, sino que más bien lo que se hace es reprimir una voluntad que nosotros pensamos que se tiene que respetar», manifestó.

Marzà, que sí coincidió con Oltra en la necesidad de una moción de censura para relevar a Rajoy, reiteró en que «el camino» no es el de las «soluciones judiciales y la represión» en «plena democracia» y «cuando lo que se tiene que utilizar es la palabra y conectar los puentes». Para el titular de Educación, «lo que está viendo el Gobierno es que lo que está en cuestión es el modelo territorial». «No es una cuestión sólo de Cataluña», explicó el también diputado de Compromís, para el que esta situación tiene su origen en «el momento en el que en 1978 se conformaron unas determinadas estructuras que realmente hace mucho tiempo que están constreñidas, que no están funcionando y que de alguna manera se tendrá que dar solución». «Buscar una solución también pasa por dar solución al problema de los valencianos, que es la financiación. No se puede separar», concluyó.