El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, reiteró ayer su postura contraria a que en la Comunidad Valenciana se establezca una tasa que grave alojamiento reglado (hoteles y apartamentos). Para Colomer, «el verdadero caladero de ingresos se encuentra en la oferta clandestina, el intrusismo o competencia desleal». El exalcalde de Benicàssim plantea un gran acuerdo para dotar de más medios la lucha contra este fenómeno. «Con nuestros recursos ya es conocido que hemos hecho todo lo posible: expedientes, sanciones, afloramiento de miles de viviendas?pero necesitamos más medios. Muy probablemente, el dinero recaudado podría sorprendernos positivamente», aseguró Colomer.

Para el secretario autonómico de Turismo, miembro de la cúpula socialista, «se trataría de negociar con el Estado la naturaleza y el destinatario de ese nuevo escenario fiscal para que las arcas autonómicas también se vieran beneficiadas. Necesitamos más medios humanos y técnicos, desbloquear la tasa de reposición, implicar más Agencia Tributaria, a los ayuntamientos». No obstante, Colomer subraya que «todo aquello que surja de las Cortes me merece todo el respeto del mundo. Si se propone el inicio de un debate, aportaremos con toda responsabilidad nuestra visión de las cosas. Una visión muy coincidente con la totalidad del sector que, desde todos los ámbitos de la Comunidad (tres provincias, alojamiento, hostelería, litoral, urbano, rural) se muestra contrario a nuevos impuestos. Gravar solo al alojamiento legal cuando estamos ante un sector que genera muchísima riqueza y empleo al conjunto de la economía y la sociedad, directa e indirectamente, creo sinceramente que no solo es un ejercicio reduccionista y un error, sino una injusticia. Necesitamos una política fiscal más imaginativa que cargar contra alojamiento turístico». Según los datos que maneja el Consell, el turismo supone un 13,6% del PIB (indirectamente más), un 14,4% del empleo directo, un 13,3% del total de impuestos recaudados en la Comunidad Valenciana (2.924 millones) y un 7,2% del total del gasto público corriente de la cuenta autonómica.

«La tasa no equivale necesariamente a un turismo de calidad ni sostenible. Veamos Baleares y Magaluf o Catalunya y Salou. La calidad depende de una estrategia de gobernanza colaborativa, cambio de relato, vinculación de turismo a valores éticos, apuesta por productos singulares (cultura, rutas, gastronomía, experiencias, turismo inclusivo, LGTBI, festivales, estrategia del paisaje y vertebración territorio, inteligencia de mercados para segmentar eficazmente la promoción?) es lo que promovemos desde la nueva administración».

A Colomer le preocupa que la tasa sea vista como un correctivo al Turismo. Como una reacción tras culpabilizar al visitante de algo malo. «Somos una tierra hospitalaria, abierta, tolerante, cosmopolita, como tocada para ser turística y a mucha honra. Gravar o tratar diferente al de fuera, para mí, choca con los valores de la hospitalidad. No participo de la idea de que el turismo destruye las ciudades. Las ciudades las destruyen las bombas y el odio. Una verdadera economía turística cuida y ordena la ciudad», aseveró el secretario de Turismo antes de recordar que en Cataluña fue el propio sector el que orquestó la aprobación de la tasa.