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Rajoy y Puig reabren el diálogo pero sin ningún compromiso

Anuncian encuentros bilaterales del Consell con Montoro y De la Serna para hablar de la financiación y las inversiones pero sin concretar ni fechas ni cuantías

Ximo Puig interviene ante los periodistas al término de su reunión con Mariano Rajoy. efe

La reunión entre Mariano Rajoy y Ximo Puig sirvió para recuperar una vía de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat después de casi dos años de incomunicación y de una creciente tensión en la relación institucional por el maltrato a la Comunidad en el reparto de los fondos públicos desde Madrid. El presidente del Gobierno y el jefe del Consell iniciaron ayer ese deshielo con la apertura de líneas de negociación sobre la financiación autonómica, la mejora de las inversiones, la posible compensación de parte de la «deuda histórica» e, incluso, sobre una futura visita institucional de Rajoy a la Comunidad. Hubo mucho diálogo -cerca de dos horas en una jornada muy complicada en el Palacio de la Moncloa por el desafío independentista catalán- pero sin concretar ningún tipo de compromiso -ni fechas ni cuantías económicas- para dar solución a lo que Ximo Puig sigue poniendo nombre: el «problema valenciano».

Rajoy decidió mantener la cita pactada hace una semana -Puig así se lo agradeció- a pesar de que el encuentro se celebró bajo el síndrome de la grave situación que se vive en Cataluña con la convocatoria del referéndum independentista, la crisis territorial más grave registrada en España en los últimos cuarenta años. Y el jefe del Consell y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, abrieron un hilo de contacto para abordar tres cuestiones clave: agilizar la atascada reforma de la financiación autonómica, el incremento de las inversiones en nuestro territorio para los presupuestos de 2018 y la posibilidad de que el Estado compense a las autonomías que han sufrido el déficit de financiación, como es el caso de la Comunidad, la autonomía más perjudicada en el reparto con el actual sistema, según certifica el último informe de la comisión de expertos.

De esta manera, a lo largo de las próximas semanas, se celebrarán encuentros bilaterales para analizar la relación entre el Gobierno y la Generalitat sobre esas cuestiones. Representantes del Consell se reunirán, por un lado, con el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para acelerar el nuevo modelo de financiación que, como insistió Puig, debería estar aprobado antes de que finalice este año. Pero también para aflojar la tasa de reposición que permita cubrir plazas de funcionarios, una cuestión clave para la Comunidad, la región con peor ratio de trabajadores públicos lo que dificulta la gestión de servicios. Y, por otro, también se organizará una segunda cumbre de responsables de la Generalitat con el Ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para analizar inversiones en los presupuestos de 2018 con una sensibilidad especial para culminar las obras que restan del Corredor Mediterráneo y empezar a renovar convenios de infraestructuras que están pendientes y sin actualizar desde hace años.

A modo de propuesta para desencallar la negociación de la financiación, Puig le presentó a Rajoy un decálogo que, en síntesis, apuesta por la cultura del acuerdo; la suficiencia financiera de las autonomías como depositarias de las competencias del Estado del Bienestar; la equidad territorial; un reparto por criterios de población; acabar con los paraísos fiscales de autonomías como Madrid; liquidar el sistema del Fondo de Liquidez en tanto que sólo sirve para alimentar la bola de la carga con los bancos; acelerar el sistema de financiación como elemento de estabilidad y de resolución del conflicto territorial durante lo que queda de 2017; y compensar a aquellas autonomías que han padecido la falta de financiación.

Sobre esta cuestión, el eufemismo que Puig utilizó para reclamar la «deuda histórica», Rajoy, por vez primera, se mostró abierto a valorar la posibilidad de que el Gobierno asuma parte de los préstamos bancarios -la mayoría avalados por el Gobierno- de las comunidades más perjudicadas en el reparto de fondos. Sería reducir la carga financiera que se han visto obligadas a acumular como consecuencia de ese trato injusto. El dirigente del PP sí dejó claro, en todo caso, que el Gobierno no lo pondrá encima de la mesa pero que está dispuesto a considerarlo en el supuesto de que surja durante la negociación. Algunos de los expertos -caso del designado por el Consell o el nombrado por Andalucía- aludían a esa posibilidad en el informe que servirá de base para iniciar la negociación política para cambiar el modelo de financiación. Para la Comunidad sería un enorme balón de oxígeno que podría llegar a reducir su deuda en un 40%.

En un escenario político tan complicado con la crisis de Cataluña en primera línea, Puig agradeció a Rajoy la cita -es el primer presidente autonómico que visita La Moncloa esta legislatura- y apostó por el diálogo para resolver el conflicto territorial con el desbloqueo del nuevo sistema de financiación como cuestión clave. «Hay vida más allá. No se puede paralizar todo por lo que ocurre en Cataluña. Hay que dar una solución al problema valenciano», concluyó Ximo Puig que invitó a una visita institucional al presidente del Gobierno, que siempre por ahora lo hace para actos organizados por el PP. De entre los territorios de la Comunidad, durante una conversación de tono cordial, Rajoy aludió con especial interés a la provincia Alicante como motor económico.

El jefe del Consell se mostró satisfecho del encuentro a pesar de que, una vez más, la concreción fue mínima, igual que hace dos años -en noviembre de 2015- cuando Puig visitó por última vez La Moncloa. Entonces se habló casi de los mismos temas y, como ahora, la tensión catalana marcó la presencia del presidente de la Generalitat en Madrid. Al menos, esta vez, hubo más diálogo.

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