El encuentro entre el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y Mariano Rajoy estuvo marcado, en gran medida, por la situación extraordinaria que se vive en Cataluña con el desafío de los independentistas tras la convocatoria del referéndum para el 1 de octubre. Puig detectó "calma" en la actitud de Rajoy para atajar la crisis y, por encima de decisiones más drásticas, se mostró partidario de mantener todos los cauces abiertos para buscar una salida pactada. "Es evidente que se han producido unos acontecimientos extraordinarios y se tiene que cumplir la ley pero, desde luego, siempre hay tiempo para el diálogo", subrayó el jefe del Consell en varios momentos de su intervención en La Moncloa tras la reunión.

Para Ximo Puig, la resolución de cuestiones como la reforma del sistema de financiación autonómica, bloqueada en estos momentos y sin fecha para su aprobación, pueden ser claves para llegar a un acuerdo con Cataluña. "Es un elemento clave para superar una crisis territorial que va más allá de Cataluña y que nos afecta a todos. Dilatar la negociación del modelo de financiación no contribuye a la solución", explicó. Rajoy no pidió expresamente a Puig que medie con el presidente catalán, Carles Puigdemont, a sabiendas de la buena relación que tienen dirigentes al frente de dos comunidades con importantes lazos culturales, económicos y de vecindad. De acuerdo a la percepción del jefe del Consell, el presidente del Gobierno tiene una visión "serena" de las resoluciones que debe tomar para responder al desafío independentista.

"Creo que en este asunto de Cataluña se debe actuar con serenidad y con inteligencia política. Cumplida la ley y el rigor en las obligaciones constitucionales, tienen que mantenerse abiertos espacios para la política y para el diálogo", recalcó el presidente de la Generalitat que reiteró su apuesta por la negociación, de acuerdo por ejemplo a la posición que el Consell mantuvo ayer en la cita con Rajoy. Para Ximo Puig, la ausencia de Cataluña de los contactos para la reforma de la financiación es "una mala noticia" pero, en todo caso, "no se pueden paralizar por la situación catalana". Puig mostró su preocupación por el escenario tan complicado que se vive en Cataluña -"es nuestro principal socio comercial", recordó- pero insistió en trabajar para continuar adelante con la reforma del sistema de financiación y en la configuración de una articulación territorial desde "una mirada federal". "Hay vida más allá de Cataluña", zanjó.