José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE y todavía máximo responsable del partido en la provincia de València, considera que el presidente de la Generalitat y reelegido secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, debe hacer una reflexión. No por la victoria en las primarias, que Ábalos daba por descontada, sino por el hecho de que se haya registrado una contestación del 42% -el porcentaje que recogió el sanchismo con Rafa García, alcalde de Burjassot, como líder- y, además, un importante número de militantes ni siquiera hayan acudido a votar. «No se han ido votos sanchistas. El relato que acompañaba a Pedro Sánchez es inigualable: un líder acosado que acaba derrocado, y tras el martirio viene la resurrección... En el caso del PSPV había una idea muy poderosa: la del gobierno tras 20 años de oposición. Se hace muy difícil un relato que justifique debilitar a ese presidente. La reflexión que tiene que hacer uno no es que haya ganado, porque era evidente que tenía que ganar, sino por qué tiene un 42 % en contra y otro tanto no movilizado. Tenía muy claro que el resultado es el que tenía que salir», apunta José Luis Ábalos que, además, insiste en su lectura. «Que cada uno haga la suya. Ha sido un congreso de tres semanas. No hubo tiempo de digerir nada. Todo ha sido precipitado. A Rafa no lo conocía nadie en Alicante y Castellón. Casi lo extraño es que haya sacado un 42 %», remachó.

Tras proclamar que la posición de Puig como jefe del Consell siempre estuvo «blindada» en el proceso, Ábalos se mostró convencido de que antes que finalice el año el presidente de la Generalitat y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, pueden acercar posturas. «Si cada uno asume cuál es su función y en qué nivel de la organización se sitúa no tiene que haber ningún problema. Las cuestiones personales no deben contar», apuntó el número tres del PSOE antes de remachar. «Uno no viene a la política a hacer amigos, sino a cumplir una tarea y una responsabilidad», zanjó antes de desvincularse de la maniobra encabezada por Rafa García para desbancar a Puig con el favor de Pedro Sánchez. «Me he visto absolutamente imposibilitado para participar. Como vi que se me hacían demasiadas advertencias tuve que extremar mi celo. Pero en todo el proceso anterior, Rafa ha sido de las personas más leales y entregadas, nunca pidió nada», apunta para acto seguido admitir que el primer edil de Burjassot, con el que dice no tener una especial relación de amistad ni una gran colaboración, «siempre estaba cuando Pedro necesitaba algo».

A diferencia de lo que la candidatura de Rafa García plasmó en la campaña de las primarias, para Ábalos el Pacte del Botànic que sustenta a los socialistas en la Generalitat con Compromís como socios y el respaldo parlamentario de Podemos no está amortizado ni en peligro para el futuro. Todo lo contrario. «Está en plena vigencia. ¿Cómo lo va a estar si lo están actualizando?», se pregunta para apuntar que, incluso, puede ser la única opción de mantener el control del Consell de cara a la cita de las autonómicas de 2019. «Si queremos un entendimiento con la izquierda y hacer frente a un gobierno conservador habrá que reproducir estas alianzas. Pero a nivel estatal también. A corto plazo no se vislumbran mayorías absolutas», vaticina Ábalos que echa balones fuera sobre la posibilidad de una alianza para el Senado, como propuso Puig con el rechazo de Pedro Sánchez en las últimas generales; y marca diferencias. Una cosa es la relación preferente con Compromís y la otra con Podemos, competidores en toda España.

Ábalos considera que ha sido «muy leal» con Ximo Puig. «Suelo serlo. Pero la lealtad está basada en la reciprocidad, lo otro es fidelidad perruna», apunta al tiempo que considera que tuvo especial sintonía con la dirección del PSPv que encabezaba Puig hasta 2015 aunque luego todo eso se quebró como consecuencia del debate por el control de Ferraz, en el que el jefe del Consell se alineó contra Pedro Sánchez y, posteriormente, con la andaluza Susana Díaz. Entiende que el perfil valencianista que recoge la ponencia es un «tema recurrente» en el PSPV. Pero, a la vez, recuerda: «Uno de los argumentos para la moción de censura a Joan Romero fue su excesivo valencianismo y su desconexión del PSOE». Nada tiene que ver, dice, con una «amenaza» y considera que es un «argumento de ida y vuelta». Apunta Ábalos que sus aspiraciones están colmadas con la secretaría de Organización del PSOE y su sitio ya se encuentra en la política española.