Los socialistas de la ciudad de Alicante vivieron ayer una asamblea más que plácida. El cónclave -convocado de manera extraordinaria para elegir los delegados que viajarán al congreso nacional, votar la gestión de la ejecutiva de Ximo Puig y presentar enmiendas a las ponencias- se prolongó durante apenas 60 minutos. No hubo ni rastro de críticas cruzadas, palabras malsonantes, ni guerras internas. Lo más significativo, con todo, fue la censura que realizaron los sanchistas a la gestión de la ejecutiva de Ximo Puig. Los afines de Pedro Sánchez se abstuvieron en esa votación y evidenciaron, de paso, que son minoría en la agrupación de la capital. Los resultados de ese sufragio fueron especialmente significativos: hubo 32 abstenciones (de los sanchistas y una parte de Izquierda Socialista), un voto en contra y 153 apoyos. La suma es clarificadora. De los más de 1.000 afiliados que tiene el PSOE en la ciudad de Alicante, apenas una quinta parte (186 ciudadanos) se desplazaron ayer hasta el Aulario II de la Universidad de Alicante para participar en la asamblea.

Esa cita interna, con todo, transcurrió según el guion previsto. Y es que sanchistas -encabezados ayer por el catedrático José Asensi- como afines a Puig -con el alcalde, Gabriel Echávarri, y el exsenador Ángel Franco al frente- habían pactado ya la lista de delegados para el XIII Congreso Nacional del PSPV que se celebrará desde el próximo viernes en la Institución Ferial Alicantina (IFA), en Elche. De los 26 integrantes de ese listado, 10 son afines a Pedro Sánchez, mientras que los 16 restantes corresponden a seguidores de Puig. «Hemos decidido dar a los sanchistas un puesto más de los que les habrían correspondido», enfatizó ayer un notable del partido, en clara alusión a la importancia de desterrar ya las batallas internas en el partido.

El propio secretario general del PSOE en la ciudad, Gabriel Echávarri, puso especial énfasis en ese aspecto durante su primera intervención de ayer en el Campus. «Ximo Puig se encontró un partido fracturado cuando llegó a la Secretaría General hace cinco años. Cada vez que había una asamblea aparecíamos más en las páginas de Sucesos que en las de Política», ironizó el también alcalde. Y apostilló: «Cinco años más tarde se ha logrado pacificar el partido y ya no se habla de grandes batallas».

Las dos partes, los sanchistas y los afines a Puig, quisieron acercar ayer posturas, aunque la próxima semana, en el congreso nacional, las disputas podrían aflorar de nuevo. Dependerá de las ponencias. Otro de las cabezas visibles de los llamados críticos en la capital, Fernando Javier Fernández, tomó la palabra en el turno de debate de las enmiendas y criticó, en primer lugar, la escasez de tiempo que han tenido para leer y presentar mejoras a ese documento marco. Sí avanzó que enmendarán el documento con el objetivo de que se refuerce el compromiso del partido con la ciudadanía, se dé más participación a las bases en la toma de decisiones y se potencie un uso responsable de las redes sociales por parte de todos los socialistas. «Hoy hemos dado un gran ejemplo y se ha demostrado que entre todos somos más eficaces», dijo. La próxima semana se verá si realmente se asienta la paz.