La «traca final» de la batalla por el control de los socialistas valencianos será en Alicante. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tiene hoy una intensa agenda en la provincia que culminará esta noche con un encuentro en un restaurante de la capital -el mismo en el que sus partidarios cerraron campaña hace mes y medio a favor de Susana Díaz- con un objetivo claro: intentar apuntalar la ventaja que consiguió en la recogida de avales y que se ha ido modelando con el respaldo de grupos que, en el proceso anterior, respaldaron a Pedro Sánchez. Rafa García, alcalde de Burjassot y candidato de los «sanchistas», por su parte, reunirá a sus seguidores en Mutxamel con la intención de recortar al máximo la distancia y llegar con opciones a la jornada de votación.

Ximo Puig ha desplegado una campaña «coral» en la que han participado, entre otros, el síndic del PSPV en las Cortes, Manuel Mata, o la consellera Carmen Monton, partidarios de Pedro Sánchez en el proceso anterior. Consiguió una clara ventaja en los avales, tiene el respaldo de la inmensa mayoría de los principales alcaldes y parece marcar diferencia en las agrupaciones con más afiliados. Rafa García, por su parte, ha conseguido que cuaje el discurso sobre los problemas que lastran al PSPV hasta el punto de conseguir un importante volumen de adhesiones. Está por ver, sin embargo, si los militantes están dispuestos a separar el poder orgánico e institucional con el deterioro que eso supondría para la figura de Ximo Puig. Y, además, el apoyo entusiasta y público de Ferraz a favor de la operación se ha convertido, a medida que las posibilidades de victoria decaían, en algo más moderado y de carácter privado.

Ayer mismo, el alcalde de Valladolid y portavoz de la ejecutiva federal del PSOE, Óscar Puente, anunció una nueva etapa en la relación entre Pedro Sánchez y los barones territoriales, entre ellos Puig, ante la posibilidad de que, finalmente, sea imposible destronarlo. Puente fue, junto con José Luis Ábalos, uno de los nuevos miembros de la cúpula del PSOE que se encargaron de alentar, en los días previos al último congreso federal, la alternativa contra Puig y contra otros dirigentes regionales como el aragonés Javier Lambán. Ferraz suelta lastre ante la perspectiva de tener que abrir un periodo de «cohabitación» con un jefe del Consell reforzado.

Los dos aspirantes continuaron ayer con sus campañas. Más de un centenar de personalidades del mundo de la cultura avalan un manifiesto de apoyo a la candidatura de Ximo Puig de corte valencianista para que continúe «la senda de la reconstrucción cultural, económica y moral» de la Comunidad. Entre las peticiones del decálogo figuran una financiación justa, la mejora de la educación pública, el impulso a la industria cultural, el incremento del uso social del valenciano para equipararlo con el castellano, favorecer la puesta en marcha de medios de comunicación públicos y en valenciano como elementos de cohesión y vertebración del territorio, fortalecer los lazos históricos en el ámbito cultural y lingüístico con Cataluña y Baleares o reivindicar infraestructuras como el Corredor Mediterráneo. Por su parte, las plataformas «sanchistas» ratificaron su respaldo a Rafa García -de campaña ayer por la tarde en València junto al exministro Josep Borrell- como candidato a la secretaria general del PSPV y defendieron un modelo de bicefalia con Ximo Puig al mando del Consell pero al margen del partido.