A pesar del enorme aval que Pedro Sánchez logró en las primarias con su clara victoria frente a Susana Díaz, uno de los puntos más comentados entre los delegados de Alicante y la Comunidad en el cierre del congreso socialista fue, precisamente, el respaldo que, durante la votación, obtuvo la ejecutiva que propuso el nuevo líder del PSOE. Salió adelante con el 70,5% de las papeletas, el menor apoyo de una dirección en 20 años. Una cintuentena de delegados ni siquiera participó y un tercio votó en blanco, la única forma permitida de rechazo. No se puede votar en contra. Fuentes socialistas daban por hecho que entre los 274 votos que mostraron su crítica al equipo elegido por Sánchez había delegados de Andalucía y también del grupo de la Comunidad Valenciana que censura los movimientos de Pedro Sánchez para tratar de relevar a Ximo Puig.

El propio líder del PSOE hace tres años tras derrotar a Eduardo Madina en las primarias, vio como en aquel congreso -entonces con el respaldo unánime de Andalucía y del PSPV- se aprobaba su dirección con un altísimo 86,19%, 16 puntos más que ahora. En cualquier caso, el nuevo secretario socialista tiene ahora las manos libres para tomar decisiones. Y la primera es intentar tomar el poder territorial en la Comunidad Valenciana y en Aragón. Hoy también está previsto que se empiece a diseñar la gestora que dirigirá el partido en la provincia de Alicante hasta el congreso de septiembre. José Chulbi se perfila como presidente y el resto de miembros -ocho- se hará a través de un reparto con representación de las diferentes comarcas alicantinas.