Alejandro Soler, exalcalde de Elche, será la cuota del socialismo alicantino en la nueva dirección de Pedro Sánchez con una secretaría vinculada a la política municipal y protagoniza una historia que rara vez se suele dar en política: tendrá una segunda oportunidad. Soler ya estuvo en la ejecutiva federal con Alfredo Pérez Rubalcaba después del congreso de Sevilla. «Es muy difícil -admite- estar dos veces. Lo afrontas de otra manera. Con menos ansia y más madurez. Dices las cosas claras», asegura mirando al complicado proceso que se abre hoy mismo con el pulso entre Pedro Sánchez -a través de la candidatura de Rafa García, alcalde de Burjassot- y eXimo Puig, por el control del PSPV. «¿Por qué un cambio en el partido? En estos dos años de Consell, el PSPV ha estado abandonado. El trabajo interno se ha ralentizado. Es casi inexistente», justifica.

Alejandro Soler considera fundamental «ampliar» el margen de maniobra de la dirección y «ensanchar» su discurso. «El presidente de la Generalitat tiene que dedicarse a la labor institucional y no tiene tiempo para conducir el partido», subraya. El relato de los «sanchistas» apunta como objetivo que el PSPV disponga de una dirección al margen del aparato de la administración autonómica para «reforzar» la acción del jefe del Consell al que, puntualiza Soler, «no se le cuestiona». Convencido de que con Pedro Sánchez se abre una nueva etapa en la que «no deciden uno o dos» sino «todos los militantes», el partido, detalla, no se puede «resignar» a gobernar al frente de un ejecutivo pactado y de coalición. «Queremos un proyecto de mayorías que tenga mucho más respaldo de los ciudadanos. Puig debe dedicarse a la presidencia y otros compañeros a dirigir el partido», subraya Soler.