Ya hay fumata blanca. Los grupos mayoritarios del PP en la ciudad de Alicante han llegado a un acuerdo de consenso que permitirá, salvo un cataclismo, la elección del exdiputado Toño Peral, actualmente jefe de gabinete de César Sánchez en la Diputación, como presidente de los populares en la capital con la edil Mari Carmen de España como secretaría general. Poco después del mediodía, Peral aceptó el ofrecimiento que le realizó en una conversación telefónica el líder provincial del PP, José Císcar. El acuerdo aparta de esa carrera por el mando local del partido tanto al portavoz en el Ayuntamiento de Alicante, Luis Barcala, como a Carlos Castillo, vicepresidente de la Diputación, con lo que, de esta manera, se evita un choque político e institucional. Y, por extensión, se aplaza la pugna por la candidatura a la Alcaldía de la capital de la provincia hasta, al menos, dentro de un año y medio. Uno y otro han cedido facilitando así que se pudiera llegar a esa entente.

Como adelantó este periódico, la intención de la cúpula del PP era sellar el acuerdo en un plazo más o menos breve y, en todo caso, siempre antes de que arrancaran las Hogueras, un escaparate político y mediático. Císcar intentaba evitar a toda costa el desgaste del PP de Alicante en este proceso para elegir a su dirección local en el congreso marcado para el 7 de julio. Máxime cuando las fuerzas de izquierda están sirviendo en bandeja a los populares la posibilidad de ampliar sus opciones de retornar al gobierno de la ciudad en 2019. Los grupos liderados por Barcala y Castillo llevaban días negociando ese pacto. De hecho, el plazo para la presentación de candidaturas se había iniciado el pasado día 10 de junio y, de momento como señal de que los contactos continuaban, no se ha presentado ni una sola candidatura.

La intención tanto de la cúpula provincial del PP como del propio Toño Peral es tratar de apurar al máximo los plazos para que se integren en el acuerdo la mayor parte de familias y grupos populares en los próximos días. De momento, se va a concretar la lista de 22 vocales del comité ejecutivo que se debe registrar como aval de la candidatura y, posteriormente, se tendrá que cuadrar el resto del organigrama. El nombre de Toño Peral, ahora jefe de gabinete de Presidencia de la Diputación y antes diputado en las Cortes, y el de Mari Carmen de España, portavoz adjunta en el Ayuntamiento de Alicante, cuadran dentro del perfil que se buscaba desde hace días: opciones pactadas, sin aspiraciones para liderar la futura lista municipal además de con capacidad para organizar el partido, distribuir las cinco juntas de distrito y poner toda la maquinaría electoral a punto como el gran objetivo a dos años vista.

No está claro aún si Barcala o Castillo van a jugar un papel de relevancia en la nueva ejecutiva pero, en todo caso, como reconoció Toño Peral en declaraciones a este periódico, «la acción institucional de un partido que tiene como principal fin las elecciones municipales de 2019 pivotará sobre nuestros dos principales referentes que son Luis Barcala y Carlos Castillo». Toño Peral se mostró «honrado» por la confianza que ha recibido y se comprometió a buscar una «unidad máxima» para integrar a otros sectores que se puedan sentir excluídos. El candidato cree que este consenso permitirá «evitar una confrontación y para eso tenemos que construir un equipo en el que la inmensa mayoría se sienta a gusto y haya integración absoluta». «Estoy muy contento. No lo esperaba», detalló a este periódico.

Para Toño Peral, con más de quince años de militancia en el PP, el proyecto «tiene que ser de todos» y reconoció que «debemos concentrarnos al máximo para las elecciones de 2019 y para preparar una buena candidatura de cara a recuperar la Alcaldía». Una cuestión que, admitió en tanto que se trata de uno de los puntos clave por los que se buscaba este consenso, que tendrá que verse «en su momento» y que, de acuerdo a la normativa interna del PP, corresponde al comité electoral nacional a propuesta de la dirección provincial. Pero esa batalla, resuelto este proceso por la vía del «pasteleo», será ya otra historia.