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Compromís y Podemos: socios leales en el Consell y distanciados en Madrid

Dirigentes de los dos partidos dan por hecho que concurrirán por separado en las elecciones autonómicas de 2019 y que mantendrán sin fisuras l'Acord del Botànic toda la legislatura

Compromís y Podemos: socios leales en el Consell y distanciados en Madrid

La relación entre Compromís y Podemos navega entre dos aguas. Mientras en la Comunidad Valenciana los dos partidos se entienden a la perfección -a pesar de los toques de atención que está dando la nueva dirección autonómica de la formación morada-, la situación en Madrid no es todo lo idílica que ambos desearían. Cuando ambas formaciones decidieron aunar fuerzas, coaligarse y concurrir juntas a las últimas elecciones generales -bajo el paraguas de «A la Valenciana»-, su consigna era clara. Aspiraban a desbancar al PP como fuerza más votada en la Comunidad y, a su vez, a dar el ansiado sorpasso al PSOE a nivel nacional. El fin último pasaba por convertirse en la alternativa al bipartidismo y liderar un gobierno del cambio. Pero ni una cosa ni la otra.

Como se recordará, los diputados de Compromís ni tan siquiera se integraron en el mismo grupo parlamentario que sus socios electorales y enfilaron rumbo al Mixto. Desde entonces, las dos formaciones han vivido varios encontronazos. El último, esta misma semana. El protagonista principal de la polémica fue el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. El líder del partido cargó directamente contra «las élites del Bloc (uno de los tres socios principales de la coalición)» y las acusó de presionar a Compromís para que se postulara públicamente a favor de aplazar la moción de censura a Mariano Rajoy. «Lamentaría que esta situación se confirmara, que las élites de Compromís estuvieran más cerca del PSOE, mientras que sus votantes y bases estuvieran más cerca de Podemos», dijo Iglesias.

Esas palabras tuvieron una réplica casi inmediata. El portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, lamentó esas «desafortunadas» declaraciones, mientras que la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, abogó por que prime un clima de «diálogo, serenidad y calma» entre las dos organizaciones.

Con todo, altos dirigentes de una y otra admitieron ayer a este diario que las relaciones ya no son las que eran... en Madrid. «Más que hablar de malas relaciones, se podría decir que ha habido nerviosismo durante las dos últimas semanas y es evidente que ha faltado comunicación», sentenció un alto cargo de Compromís. Desde Podemos, por su parte, corroboraron que ambos se han distanciado de manera progresiva, pero quisieron matizar que todavía existe sintonía. Además, quitaron hierro a las críticas de Iglesias. Eso, a nivel nacional.

En el ámbito autonómico, las relaciones son mucho más estrechas. Las cúpulas de ambos partidos dieron por hecho que l'Acord del Botànic -el pacto a tres bandas entre el PSPV, Compromís y Podemos que permitió un gobierno de izquierdas en la Comunidad 20 años después- se mantendrá inalterable hasta el final de la legislatura. «Eso no está en discusión», coincidieron tanto de un bando como de otro. Ahora bien, «siempre que se cumplan escrupulosamente» los acuerdos, puntualizaron desde la formación morada, que desde que Antonio Estañ asumió la Secretaría General está apretando las tuercas a sus socios en la Generalitat.

Justo cuando se cumplen dos años de aquel pacto histórico para formar gobierno, ambos comienzan a pensar por dónde discurrirá su futuro: si deciden coaligarse de cara a 2019 o, por el contrario, bifurcan en primera instancia sus caminos. Hoy por hoy gana peso la segunda opción. Una buena parte de Compromís, con el Bloc a la cabeza, está convencido de que concurrir por separado les daría más votos que si lo hicieran en conjunto. «Las últimas elecciones generales así nos lo hicieron ver», sostienen desde Compromís. Podemos, por su lado, pondrá condiciones en el hipotético caso de que ambas formaciones decidiesen explorar un acuerdo para presentarse a los comicios bajo un paraguas común. «Podría ser una confluencia, no una coalición (con una fórmula jurídica diferente), pero se tendría que construir desde abajo, desde las bases», aclaran.

La provincia de Alicante jugará un papel clave en 2019. Con un importante número de padres enfrentados a Compromís por el decreto de plurilingüismo -por la «imposición» que aseguran sufrir del valenciano-, desde la coalición temen una pérdida de votos «desde El Campello hacia el sur». Esa fuga de sufragios podría ir a parar a Podemos en caso de concurrir por separado, según señalan esas mismas fuentes, pero se esfumarían si se presentan juntos. Sea como fuere, las dos partes coinciden en que todavía es pronto. Aún faltan dos años.

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