Socialistas y populares se han cruzado hoy acusaciones a cuenta del agua. El primero en disparar ha sido el PP, que esta mañana ha celebrado un cónclave con regantes en la ciudad de Alicante. En esa cita han participado también el portavoz del partido y vicepresidente primero del Grupo PPE en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, quien ha proclamado que "solo un gobierno del PP es capaz de lograr un Pacto Nacional del Agua que beneficie a todos los españoles".

La presidenta del PP en la Comunidad, Isabel Bonig, también ha participado en la cita y ha cargado contra el Consell de izquierdas. "Ante la falta de interés y la inacción del Gobierno de Puig y Oltra, es el Gobierno de Rajoy quien está trabajando en la puesta en práctica de medidas concretas para intentar paliar la actual situación que están viviendo los regantes y agricultores de la Comunidad Valenciana", ha señalado, para a continuación apostillar: "Siempre defenderemos y trabajaremos para que nuestros regantes y agricultores tengan el agua que necesitan para seguir generando empleo y crecimiento económico".

Junto a ella ha estado también el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, quien ha destacado que cree "en la solidaridad entre los españoles" y ha abogado por "buscar una solución de consenso para lograr ese gran pacto nacional del agua que solvente de manera definitiva este problema".

Poco después de ese encuentro, el portavoz socialista de Medio Ambiente en las Cortes, David Cerdán, ha acusado al PP de la Comunidad de ser el autor del cierre del trasvase Tajo-Segura, estableciendo un incremento de las reservas en cabecera que "lo hacen imposible". Desde su punto de vista, "los miembros del PP de la Comunidad Valenciana no pueden dar lecciones de nada puesto que tienen el gran mérito de haber logrado lo que ningún presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha ha conseguido: cerrar de facto el trasvase para los regantes de Murcia y de la provincia de Alicante".

En un comunicado, Cerdán ha insistido en que "lo que ha aplicado el PP en los últimos 20 años ha sido un política anti-agua, basada en un espejismo más propio de desiertos que de promesas factibles". "Teniendo el poder absoluto en Madrid, en Murcia, en Castilla-La Mancha y en la Comunidad Valenciana no logró ni una sola gota de agua para los alicantinos", ha recordado. Para Cerdán, "el memorándum fue un error, como ya denunciamos y recurrimos los socialistas en su momento; un error porque suponía el principio del fin de una infraestructura básica, necesaria y que se puede mantener en el tiempo sin perjudicar a ningún territorio, simplemente acordando las normas de explotación y las reglas de juego claras".