La conformación de una gestora socialista en la provincia de Alicante tras la dimisión del secretario general, David Cerdán, hace ahora una semana ha producido el primer gran choque entre el secretario general electo, Pedro Sánchez, y el líder de los socialistas valencianos y jefe del Consell, Ximo Puig., desde la celebración de las primarias. Dos semanas después de que los militantes dieran la victoria a Sánchez como número uno del partido, las guerras cainitas que todos dicen querer olvidar se cuelan por las heridas abiertas de la formación y las decisiones no parecen tomarse fácilmente.

De momento, el núcleo duro de Pedro Sánchez ha bloqueado la propuesta del PSPV de mantener la ejecutiva actual, pero sin David Cerdán, y otorgarle el formato de gestora y ha propuesto un modelo reducido de ocho personas con un presidente al que fuentes del nuevo equipo de Sánchez ponen nombre y apellidos: José Chulvi, portavoz del PSPV-PSOE en la Diputación de Alicante y alcalde de Xàbia.

Con una propuesta que parte de Blanquerías que no está en absoluto avalada por el que será el nuevo equipo directivo, la organización provincial sigue descabezada a falta de las directrices de Ferraz, que es donde finalmente se decidirá si se avala la propuesta de la cúpula socialista autonómica. El secretario de organización del PSPV, Alfred Boix, hizo el lunes sus sugerencias pero no hay respuesta oficial. Los socialistas valencianos se niegan a entrar «en el juego de yo pongo y tú pones», según señalaban ayer fuentes del PSPV, que reprocharon que se quiera repartir la gestora en función de quienes apoyaron a una u otra candidatura en las primarias.

Y es que el nuevo equipo de Pedro Sánchez ha solicitado a la gestora que actualmente dirige el partido desde Ferraz hacer un «limpión» en la ejecutiva actual, reducir el número de miembros a ocho, que su composición se negocie de forma paritaria conforme a las distintas sensibilidades y dando representación a todas las comarcas.

Desde el entorno del secretario general electo defienden que crear una gestora con tantas personas como hay en la ejecutiva provincial -que suma más de medio centenar de integrantes entre secretarios y vocales- no es operativo y apuestan por una gestora «práctica» de ocho personas y un presidente, para el que proponen a Chulvi -quien se posicionó junto a Ximo Puig con la candidatrua de Susana Díaz- por su perfil discreto e institucional. También barajan el nombre del secretario comarcal del PSPV en el Baix Vinalopó, Alejandro Soler, como uno de sus miembros.

La contrapropuesta del núcleo duro de Sánchez, donde a nadie se le escapa la influencia del secretario provincial de los socialistas de la provincia de Valencia, José Luis Ábalos, choca de frente con la del PSPV que lidera Ximo Puig, donde existe gran malestar por el bloqueo de lo que consideran una propuesta «sencilla, sensata y que no genera controversias más allá de las que se quieran generar», según señalaba ayer un dirigente socialista. Otras fuentes consultadas de la ejecutiva provincial sostienen que querer acabar con toda la dirección actual, con decenas de cargos y alcaldes representando las distintas sensibilidades en una provincia tan complicada como Alicante, llega a sonar a «falta de respeto».

Con una batalla durísima en la mochila socialista como fue la carrera a las primarias -una pugna que no terminar sellarse- las directrices de Ximo Puig por llegar al consenso en todos los aspectos posibles y su reciente mensaje de proclamar la paz territorial se encuentra ahora de frente con un nuevo equipo que quiere hacer las cosas a su manera, como lo hicieron los críticos con Sánchez después de valorar la debacle electoral que había sufrido el partido. De momento, Blanquerías espera, sin cambiar ni un ápice su propuesta inicial ante la que se mantiene firme, una respuesta para poner en marcha la que será la primera gestora del partido a nivel provincial a partir de una ejecutiva dominada, ahora mismo, por dos personas de plena confianza de Ximo Puig.