La composición de la gestora provisional que dirigirá el PSPV-PSOE de la provincia de Alicante hasta su próximo congreso tras la dimisión del secretario general, David Cerdán, se ha convertido en una de las primeras pruebas que medirá la estabilidad entre el líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, con el núcleo duro de Pedro Sánchez, conformado, entre otros, por el secretario provincial del PSPV de la provincia de Valencia, José Luis Ábalos, distanciado de Puig ya desde antes de las últimas primarias socialistas.

El PSPV, que el pasado lunes hizo su propuesta a Ferraz para mantener a la actual ejecutiva otorgándole la figura de gestora, espera la respuesta de Madrid para resolver una situación que ha dejado descabezado al partido en la provincia tras la dimisión de Cerdán, a la que le siguió la de la presidenta de la ejecutiva, Julia Menargues, ambos posicionados con la candidatura que defendió a Sánchez en la carrera a las primarias.

Cerdán y Menargues presentaron la renuncia a sus cargos el pasado fin de semana por su desacuerdo con las negociaciones llevadas a cabo «a la vieja usanza» en la confección de la delegación provincial de Alicante del congreso federal del PSOE que se llevará a cabo los próximos días 16, 17 y 18 de junio.

La gestora propuesta por el PSPV, que pasa por no alterar la composición de la ejecutiva actual, no se resolverá de manera unilateral entre el PSPV y la gestora en Madrid. La petición realizada por el secretario de organización de Puig, Alfred Boix, ha pasado esta semana el filtro de la que se convertirá en la próxima dirección del partido tras el cónclave federal, según ha podido saber este diario a través de fuentes socialistas, que indicaron ayer que Ábalos negocia la composición del órgano provisional para Alicante.

La influencia que quiere ejercer la mano derecha de Pedro Sánchez en la gestora alicantina no es otra que evitar que la dirección provincial del PSPV quede controlada por Ximo Puig, que cuenta con dos personas de su entera confianza como números dos y tres en la ejecutiva de Alicante -la diputada autonómica Toñi Serna y el exdiputado nacional, Herick Campos- después de que una de sus voces críticas, David Cerdán, haya decidido marcharse voluntariamente. La respuesta de Ferraz a Blanqueries sobre la gestora alicantina podría conocerse hoy para evitar tener que llegar a la semana que viene con una ejecutiva en funciones. La clave será si el núcleo duro de Pedro Sánchez tumba la propuesta de gestora de Alfred Boix o si la mantiene poniendo al frente de la misma a una persona de su confianza.

Así, la gestora alicantina se ha convertido en una prueba de fuego para medir fuerzas tras los reiterados mensajes de unidad en torno al proyecto socialista. Ayer mismo, este diario publicaba la apuesta de paz en cada uno de los territorios de la Comunidad Valenciana lanzada por Ximo Puig casi dos semanas después de la durísima batalla por las primarias. Puig fue, junto a otros dirigentes socialistas, uno de los barones que dimitió de la ejecutiva federal para forzar la caída de Sánchez.