La crisis que atraviesa el PSOE y la resaca de la cruenta batalla desarrollada en el seno del partido en la carrera hacia las primarias, que terminaron con la victoria de Pedro Sánchez como secretario general del partido, se ha cobrado una segunda víctima de la dirección provincial. La presidenta de la ejecutiva provincial del PSPV-PSOE, Julia Menargues, ha dimitido de su cargo y presentado su escrito de renuncia ante el secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, por su desacuerdo con el proceso de elección de delegados de la provincia al congreso federal, críticas con las que también motivó su salida el ya exsecretario general de los socialistas alicantinos, Davi Cerdán.

Julia Menargues, de la agrupación de Mutxamel y una de las componentes de la ejecutiva que desde un primer momento apoyó la candidatura a las primarias de Pedro Sánchez frente a las de Susana Díaz y Patxi López, presentó su escrito de dimisión la madrugada del sábado al domingo al ver una «guerra de egos» y nada más conocer la decisión de Cerdán. Al igual que el que ha sido número uno del partido en la provincia durante dos años, Julia Menargues mostró en reuniones y conversaciones a lo largo del fin de semana durante la elaboración de las listas al congreso federal su malestar con los procesos de negociación, a su juicio poco abiertos a la militancia y de espaldas a los cambios que los afiliados exigen en el nuevo PSOE, según señalaron fuentes del partido.

La carta de renuncia, a la que ha tenido acceso este diario, indica que la salida voluntaria del cargo se produce después de concluir un proceso en el que «los militantes claman a favor de un cambio en las formas y maneras del funcionamiento interno de nuestra organización». La dimisión se produce, añade en la misiva, para mostrar su respaldo al exsecretario general del PSPV-PSOE de Alicante, David Cerdán, una de las voces críticas a Ximo Puig en la provincia. La salida de Menargues de la ejecutiva provincial todavía no era conocida por otros miembros de la ejecutiva hasta ayer. De hecho, desde el partido se le tanteó el pasado sábado para que fuera la presidenta de la gestora que Ferraz tendrá que conformar ahora tras el descabezamiento de la dirección provincial, según indicas fuentes de la formación del puño y la rosa.

Las dimisiones de Cerdán y de Menargues dan un mayor control a Ximo Puig y a los dirigentes que apoyaron la candidatura de Susana Díaz sobre la ejecutiva de Alicante, libre ahora de las voces críticas con la cúpula autonómica. De ahí que la propuesta realizada por el secretario de organización del PSPV, Alfred Boix, a Ferraz para conformar la gestora provincial -la primera que tendrá el partido a nivel provincial- pase por dejar las cosas como están. La extensión de la ejecutiva provincial a un nuevo órgano directivo, como es la gestora, supone dejar en el epicentro de la formación alicantina a dos dirigentes afines a Puig, como son la diputada autonómica Toñi Serna y el exdiputado nacional, Herick Campos, quienes ocupan los puestos número dos y tres de la dirección alicantina. Ahora falta por ver si Ferraz, todavía con una gestora al frente, da el visto bueno a un movimiento que no termina de agradar, según las citadas fuentes, al secretario provincial de los socialistas de la provincia de Valencia, José Luis Ábalos, a quien Pedro Sánchez ha convertido en su mano derecha y a quien le ha dado el papel de secretario de organización del partido, cargo que tendrá que ratificarse en el congreso de junio.

La gestora, si se coforma conforme a lo reclamado por el PSPV, estará controlada por la cúpula autonómica del partido hasta que el próximo congreso provincial decida una nueva ejecutiva y un nuevo secretario general. Pero primero, y tras pasar el congreso federal, el PSOE tendrá que afrontar su congreso nacional -el del PSPV en la Comunidad Valenciana-, donde se medirá la estabilidad de Puig como líder de los socialistas valencianos. Una estabilidad que, como jefe del Consell, pocos socialistas cuestionan.