A dos años justos para las elecciones autonómicas de 2019, el PP aprovechó el congreso provincial que renovó el mandato de José Císcar para marcar las líneas del terreno de la gran batalla que se avecina por recuperar parte del poder institucional que perdió en la última cita municipal y autonómica. El «carrusel» de discursos de un cónclave de «guante blanco» en el que casi todo estaba atado y bien atado de antemano concentró casi toda la artillería del mensaje popular en la misma dirección: la defensa de la Diputación con elogio generalizado a la figura de César Sánchez, el mantenimiento de la identidad provincial de Alicante con el PP como única garantía, la crítica a la gestión del conseller Vicent Marzà en Educación, el conflicto lingüistico, la reclamación del agua y el ataque frontal a la labor de Compromís bajo el liderazgo de Mónica Oltra. Esos serán los ejes de un «sprint» lanzado con tiempo por delante y que la cúpula del PP, en una expresión que se repitió hasta en cuatro ocasiones a lo largo del congreso, definió de forma gráfica: «La Reconquista».

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Todos «tiraron» del mismo argumentario cuando subieron a la tribuna del Auditorio de Torrevieja, lugar elegido por el PP para la cita y uno de los símbolos del derroche de los grandes proyectos de los populares durante su etapa en la Generalitat: 55 millones gastados en un edificio cerrado casi siempre a cal y canto y que apenas tiene uso. Desde el propio Císcar a Isabel Bonig pasando por el presidente de la Diputación, César Sánchez; Carlos Castillo y Juan de Dios Navarro, que ejercieron de ponentes; el alcalde de Redován, Emilio Fernández, que presidió el congreso; o incluso Javier Maroto, el enviado de Génova para ejercer de «telonero» en la clausura. No es casual que Alicante ni tampoco la Vega Baja fueran el lugar para escenificar esa clave electoral. Con València en llamas y el reducido peso de Castellón, Alicante es la organización territorial más fuerte de la Comunidad y el principal sustento de Isabel Bonig. Es la circunscripción en la que el PP conserva su principal núcleo de poder institucional -la Diputación- para dar réplica al Consell. El escenario en el que ha logrado una mejor cosecha en las últimas contiendas electorales. Es el territorio en el que sus ataques a la gestión del Consell y, especialmente, contra el titular de Educación, Vicent Marzà, convertido en un objetivo de primera magnitud para el PP, han encontrado más eco. Y encima, además, en la comarca de la Vega Baja, granero histórico de voto para los populares.

«Nos están dando el aire que no teníamos», explicó con cierto alivio un veterano militante. «La reconquista será desde el sur. El 2019 será el año del PP. El triunfo de la libertad y de la moderación», proclamó Isabel Bonig. Una disputa que los populares plantean como oposición frontal a Compromís -«Oltra es la que de verdad manda, Puig se deja manejar...», dijo la número uno del PP- y en la que apenas citan a los socialistas. Y más allá de eso, incluso, como un «cara a cara» entre Bonig y Oltra, las dos mujeres que, apuntó Císcar, aspiran a llegar a la Generalitat. «Una ama a esta Comunidad; la otra mira a Cataluña», disparó.

Casi de pasada, durante un informe de gestión con el que arrancó el el congreso, Eduardo Dolón, que seguirá como número dos de Císcar, marcó el objetivo final: recuperar la Generalitat, mantener la Diputación pero con mayoría absoluta y dar el vuelco en una treintena de municipios. Será factible, explicó, con la «mejoría» experimentada por el PP en las dos últimas elecciones generales. «Hoy zarpa un velero. Nosotros somos la tripulación. Y tu Isabel -en referencia a la presidenta regional del PP- eres la capitana. Ese velero se llama libertad. Como la canción. Y llegará a buen puerto para recuperar la Generalitat», relató Císcar que presentó al citado Dolón y a Rafael Candela, nuevo coordinador general, como hombres fuertes de un equipo que integra un área de Acción Electoral para preparar esa trascendental cita con las urnas de dentro de dos años y que salió adelante con 810 votos a favor, 21 en blanco y dos nulos.

El «encaje» de la bicefalia

Junto a la batalla electoral para 2019 el otro gran hilo argumental del relato que trazó el congreso del PP fue el «encaje» de la bicefalia entre José Císcar y César Sánchez. Los populares se cuidaron de que una cohabitación que casi nunca ha dado buenos resultados apareciera barnizada de normalidad aunque, en todo caso, el tiempo calibrará si funciona. Los tres vídeos que se proyectaron fueron de «autobombo» de Císcar y todas las intervenciones se trufaron con grandes elogios hacia la figura del reelegido presidente provincial del PP.

Además, a diferencia por ejemplo de la discreción con la que César Sánchez «pasó» por el último congreso regional, el presidente de la Diputación tuvo un lugar destacado en la primera fila, ofreció un discurso en el que defendió su actuación frente al Consell y se llevó los aplausos por frenar el plurilingüismo de Marzà -al que el PP sitúa como el responsable de un «chantaje» impulsado por un dirigente «radical»- para garantizar, dijeron, la «libertad educativa». Todo en orden. Por ahora. Llegan los congresos locales para primeros de julio. Gran batalla la que se avecina en la ciudad de Alicante. Pero esa, desde luego, será otra historia.