El PP de Alicante afronta en 24 horas un congreso provincial en Torrevieja que «consagrará» una bicefalia con José Císcar al frente de la dirección del partido y con César Sánchez al mando de la Diputación. Eso ya estaba en el guión de un cónclave que, además, añadirá otra secuencia: el «encaje» del titular de la institución provincial en el máximo órgano de dirección de los populares. El documento que regulará la normativa interna de la formación recoge una modificación que convertirá a César Sánchez en miembro nato del consejo de dirección provincial del PP -el sanedrín que agrupa al núcleo duro de la ejecutiva y que lleva de facto el «día a día» del partido- para garantizar una mayor coordinación con la Diputación, la única gran institución que les resta a los populares en la Comunidad Valenciana y la que encabeza, en estos momentos, la oposición contra el Consell que comparten los socialistas y Compromís con cuestiones como, por ejemplo, la paralización del plurilingüismo.

Cuando arrancó la redacción de la ponencia de estatutos que se debatirá en el congreso provincial del PP -coordinada por el diputado Juan de Dios Navarro-, el presidente del partido, José Císcar, le trasladó a César Sánchez la posibilidad de que se introdujera un cambio en el reglamento para facilitar que el responsable de la Diputación ocupara una plaza como miembro nato del consejo de dirección. Este órgano es el que se reúne todas las semanas, el que marca la línea política a seguir y el que acoge al presidente, el secretario general y los vicesecretarios. La verdadera sala de máquinas del PP. La medida es inédita en España. No hay ninguna provincia en la que los populares hayan adoptado una resolución similar.

César Sánchez, tal y como explicaron fuentes conocedoras de las negociaciones, aceptó la propuesta de Císcar. Fuentes próximas al presidente de la Diputación lo valoran de una forma «muy positiva» y subrayan que, en cualquier caso, la resolución garantiza que la institución provincial tenga una voz en el máximo órgano de dirección del PP. No estamos ante una cuestión menor. Despejada la continuidad de José Císcar al frente de los populares alicantinos -un secreto a voces desde hace meses- con el aval de Isabel Bonig, la gran «patata caliente» que tenía encima de la mesa el PP de Alicante, sin duda, era acomodar la figura de César Sánchez, una bicefalia inédita para un partido en el que, casi siempre, había coincidido el mandato orgánico con el liderazgo en el Palacio Provincial.

El problema se empezó a despejar cuando en el último congreso nacional del PP, celebrado hace tres meses en Madrid, Rajoy mantuvo a Císcar en el comité ejecutivo nacional pero, a la vez, le concedió a César Sánchez un puesto de relevancia como secretario de Formación, una plaza que facilita al presidente de la Diputación un despacho en la sede popular de la calle Génova. Así y todo, cargos del partido consideraban que también era necesario colocar a César Sánchez en el organigrama provincial para evitar ofrecer la imagen de tensión entre los dos dirigentes. De ese escenario surge una propuesta que, además, no ha registrado ninguna enmienda y que, por tanto, recibirá vía libre en el congreso. Fuentes de la dirección del PP consideran que este movimiento facilitará una mayor coordinación entre el partido y la institución, le dará un papel a César Sánchez acorde con su peso institucional y le reforzará aún más en su rol de contrapeso al Consell. El presidente de la Diputación, como se recordará, ya anunció su intención de repetir para un segundo mandato con el respaldo del propio José Císcar.

El líder provincial del PP perfila, precisamente, en medio de un mutismo absoluto la composición de su nueva ejecutiva que, siguiendo la estela de Rajoy y de Isabel Bonig, anunciara el mismo sábado a los delegados desde la tribuna cuando realice el discurso con el que presentará su candidatura. Todo indica, no obstante, que Císcar será continuista con los miembros del núcleo duro y que hará cambios en las vocalías y también con las secretarías.