La presidenta andaluza y candidata a las primarias del PSOE, Susana Díaz, afirmó ayer en un acto con militantes en Valencia a tres días de las primarias del domingo que no quiere «el voto del insulto ni de los que insultan» sino el voto «del respeto y de los compañeros que quieren a su partido». Acompañada del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, Díaz pidió superar la división y apeló a la unidad y la fraternidad porque «no hay socialistas buenos ni malos, formamos parte de una misma familia». La candidata manifestó que se presenta a las primarias para que el PSOE «no se resigne y quiera ser la alternativa de gobierno», para defender las posiciones y «no copiar ni imitar a otros partidos políticos». Ante cientos de militantes, dijo que lo primero es dar unidad al partido para, a partir del lunes, «tener un PSOE fortalecido».