David Cerdán se ha venido arriba después de la nítida victoria de Pedro Sánchez en la provincia de Alicante frente a Susana Díaz y ratificó que volverá a optar a otro mandato al frente de la dirección provincial del PSPV. «Lo he dicho siempre. Mi decisión es colaborar para reforzar el partido. He aprendido mucho. Y creo que puedo ser útil para reforzar a los socialistas en esta tierra con el objetivo siempre de seguir gobernando la Generalitat», lanzó Cerdán para justificar su intención de volver a concurrir al proceso para elegir a la cúpula alicantina. Aunque en las anteriores primarias Cerdán respaldó a Eduardo Madina, en esta ocasión se alineó con Sánchez. Fue uno de los cinco secretarios provinciales de toda España que respaldó al aspirante que, a la postre, resultó vencedor. Y eso le refuerza ahora, especialmente, cuando la victoria de Sánchez y la influencia en Ferraz de José Luis Ábalos, secretario de Valencia, puede frustrar la «hoja de ruta» de Ximo Puig para retornar a la estructura comarcal y liquidar de nuevo las provincias.

David Cerdán ganó pero, por contra, el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, después de su cambio de chaqueta, perdió aunque para volver a resituarse el primer edil alardeó ayer, durante una comparecencia con periodistas, de haber felicitado a Pedro Sánchez, incluso con referencias en la conversación con los periodistas a la amistad que han mantenido. «Felicité personalmente a Pedro Sánchez. Ahora debemos tener una altísima responsabilidad y altura de miras por parte de todos. Desde el que está más alto al último militante», aseveró. «Es el secretario general de todos», zanjó para poner como ejemplo que, en el año 2008, apoyó a Ximo Puig pero se puso «a trabajar» para Jorge Alarte al día siguiente de lograr este último la secretaria del PSPV, «tanto que en 2011 me hizo diputado». «Una vez que se abren las urnas y se cuentan, ya es el secretario de todos», respondió. Sobre la posible fractura entre aparato y militancia, el alcalde de Alicante defendió que el denominado aparato «no son más que militantes». «Yo no soy más que un militante que tiene el honor de ser el secretario en Alicante, no hay tal fractura porque el aparato no es una entelequia», recalcó el primer edil.

Cuestionado por el futuro del PSPV, Gabriel Echávarri rechazó «extrapolar congresos federales, con los nacionales del PSPV, con los locales...». Así, avanzó que en el congreso de los socialistas valencianos -previsto para finales de julio- estaré «con Ximo Puig» porque es «el presidente de la Generalitat. Y entre el jefe del Consell y el alcalde de la principal ciudad gobernada por los socialistas no va a haber ninguna una fisura porque, si la hay, por ahí se colará el PP». Echávarri instó a la militancia a trabajar para «cerrar» el congreso federal previsto para el 17 y 18 de junio en Madrid «de forma potente». De ese cónclave tiene que salir «la Ejecutiva y los Comités; pero sobre todo, se debatirá una ponencia para dotar de sustento ideológico que nos ha de llevar a recuperar el gobierno del Estado». «El PSOE ha salido siempre muy reforzado de todos los congresos y éste no va a ser menos», explicó el edil Echávarri.

Los críticos de la agrupación de Alicante consideran que ha llegado el momento de acabar con el mando que durante las últimas dos décadas ha ejercido en la agrupación socialista de la capital de la provincia el exsenador Ángel Franco. La derrota del pasado domingo -los «sanchistas» sumaron cincuenta votos más que los «susanistas», que tenían el respaldo de Ángel Franco y los suyos- supuso la primera muestra de flaqueza del «franquismo» desde mediados de la década de los 90. Los críticos creen que el alcalde debería sumarse a un frente amplio para dejar en clara minoría a Franco de cara al congreso local en el que se renovará la ejecutiva a la vuelta de verano. De momento, mañana arranca el proceso de asambleas para el congreso federal en toda la provincia. El viernes se celebrará la de Alicante a la espera de si continúa la batalla o se cierra una lista única con Franco en minoría. Puig apuesta por pactar toda la delegación para rebajar la tensión.