La Comunidad Valenciana se ha convertido en un territorio clave para la batalla socialista. Captar votos de la militancia a 72 horas de las primarias del domingo y tratar de coser la evidente fractura en el PSPV se ha convertido en dos retos para los candidatos a la secretaría del partido -uno inminente y otro que deberá de abordar de forma irremediable a partir del lunes- con sus características particulares. Por un lado, la estabilidad del líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, será cuestionada por el núcleo duro de los afines al candidato Pedro Sánchez en el debate interno que tendrá que abrir el partido de cara a su congreso autonómico. Sus partidarios se subirán a ese carro con el secretario de los socialistas en Valencia, José Luis Ábalos, al frente para reclamar cuota de poder. Para los «susanistas», sin embargo, no habría inestabilidad de ningún tipo en este sentido, algo que comparten con los afines a la vía de Patxi López en la Comunidad Valenciana.

Por otro lado, la cúpula del PSPV y el proyecto político de Ximo Puig quedarán reforzados si la ganadora es Susana Díaz y solo habrá que terminar de pulir la «distancia» con algunos miembros de su equipo, como el portavoz del PSPV en las Cortes, Manuel Mata, o la consellera de Sanidad, Carmen Montón, partidarios de Sánchez, donde el fuego no ha llegado a arder por el empeño del presidente de la Generalitat de separar la actividad institucional de la del partido. Ximo Puig quiere una solución integradora para el PSPV.

Hay que sumar la relevancia de un proyecto tan reclamado en la Comunidad como el Corredor Mediterráneo, una infraestructura de calado en la que ambas autonomías, la valenciana que gobierna Puig y la andaluza que gobierna Díaz tienen intereses comunes. La buena sintonía con Díaz a la hora de defender los intereses de la Comunidad, siempre y cuando ella apueste por el Corredor Mediterráneo y no sacrifique su impulso a costa del llamado Corredor Central, será necesaria sea quien sea la persona que esté al frente de los socialistas a partir del próximo domingo. Con 17.174 militantes socialistas llamados a votar para elegir el domingo al próximo secretario general, la Comunidad es una de las que más peso tiene para el PSOE, si bien es cierto que muy atrás de otras comunidades autónomas como Andalucía y lejos de las grandes cifras de afiliados en su momento de gloria, cuando el PSPV alcanzó los 40.000 militantes, más del doble que ahora. Sin embargo, superar la barrera de los 17.000 afiliados siguen siendo muchos afiliados para una izquierda que sigue dividida. Y más de 2.000 avales de diferencias entre Sánchez y Díaz son muchos avales.

No es casual que el sector afín a Susana Díaz haya escogido la Comunidad para ultimar su campaña y arañar votos en una autonomía donde la guerra de firmas la ganó Pedro Sánchez. Todo ello, antes de culminar ambos la campaña en Sevilla este mismo viernes. Ayer, la presidenta andaluza volvió a Valencia y cargos de toda la Comunidad -desde la provincia de Alicante acudieron 300 personas- arroparon a la candidata. Hoy, uno de los expresidentes del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, posicionado con Díaz, tiene cita con militantes para cenar en un restaurante de Alicante.