Los Presupuestos Generales del Estado (PGE), que desde su anuncio han situado al PP en un posicionamiento casi esquizofrénico en la Comunidad Valenciana, han dividido a la formación por mucho que los dirigentes territoriales no quieran oír hablar de fricciones. Las diferencias mostradas entre los distintos grupos populares de diferentes instituciones públicas, así como las existentes entre la cúpula autonómica y Génova, reflejan que la valoración respecto al documento del Gobierno no está siendo unánime y que hay sectores más benévolos que otros con las cuentas de Mariano Rajoy.

Los 13 diputados valencianos en el Congreso cerraron ayer filas en torno al proyecto de Presupuestos elaborado por el área que dirige en Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Lo hicieron a través de una carta de seis páginas dirigida a Compromís, formación que les ha emplazado para hacer un frente común contra las cuentas el próximo martes y para empezar a proponer enmiendas conjuntas de todos los diputados de la Comunidad para revertir el castigo en inversión de las provincias valencianas.

El PP, que como ayer informó este diario no asistirá a la cita -como tampoco asistirán los parlamentarios valencianos de Cs- justifica su ausencia en que la ley de Presupuestos Generales no tiene aún garantizada su aprobación definitiva y que en caso de salir adelante solo tendrán una vigencia legal de seis meses, además de recordar a Compromís, y de paso a Podemos también, que sus socios en el Consell, el PSOE, se sumaron al PP, Cs PNV y Coalicion Canaria a favor del límite de gasto. Los diputados valencianos, tras defender los presupuestos estatales, afirman que se quieren abrir al diálogo, pero que «para el eslogan, la doble vara de medir y la controversia no nos esperen», y entienden que Compromís lo único que busca es el ataque y la confrontación al Gobierno Central.

Mientras los parlamentarios populares comulgan sin pestañear con la cuentas de Génova, el presidente provincial del PP, José Císcar, rechazó ayer que haya que desautorizar a los diputados provinciales del PP en la Diputación de Valencia -capitaneados por la «favorita» de Bonig en las liderar el partido en esa provincia- por votar una moción de los grupos de izquierdas y Cs contra los presupuestos. El documento aprobado fue una copia de la declaración institucional que salió adelante en las Cortes Valencianas por unanimidad y que contó con la firma de la líder autonómica del PP, Isabel Bonig, a quien este gesto le costó una represalia del portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando. El texto expresaba «el rechazo a los Presupuestos Generales por manifestar un claro incumplimiento de la voluntad expresada de forma unánime por los representantes del pueblo valenciano». Una afrenta del PPCV a Génova que ayer ratificaba una de las diputadas provinciales, Beatriz Simón, la única que se ausentó de la votación en la Diputación de Valencia por ver en ese movimiento un «reto a Madrid». Por su parte, el PP en la Diputación de Alicante rechazó un documento similar en el pleno de abril.

El presidente del PP de Alicante sigue defendiendo que las inversiones previstas para la provincia no son las suficientes, aunque incidió en que una cosa es considerar que Alicante merece más y otra distinta rechazar los presupuestos. Se mostró crítico con Compromís, formación a la que reprocha que no haya negociado antes con PP, PNV y CC.

La postura del PP provincial encontró como aliado al exministro García Magallo, número uno del PP por Alicante al Congreso, quien criticó que las cuentas no eran sensatas con Alicante y que le suponían un «profundo disgusto», pese a que su firma ha quedado estampada en la carta a Compromís para no enmendar las cuentas y ausentarse del frente común contra éstas.