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Terra Mítica: contigo empezó todo

La Generalitat se ha gastado a través de Proyectos Temáticos unos 500 millones en el parque de Benidorm, vendido a la baja hace un lustro

Terra Mítica: contigo empezó todo agencias

Con Terra Mítica empezó todo. En 1996, apenas un año después de que el PP llegara a la Generalitat, Eduardo Zaplana recogió la reivindicación de un grupo de empresarios para impulsar la construcción de un gran complejo de ocio que completara la oferta turística de Benidorm. Constituyó la Sociedad Parque Temático de Alicante -renombrada posteriormente como Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana, denominación con la que ha llegado hasta ahora- para canalizar un proyecto al que, junto al Consell y empresarios de la Marina Baixa, se sumaron como socios las dos cajas de ahorro valencianas -CAM y Bancaja-, ambas ya desaparecidas. La Generalitat se ha gastado, a través de la mercantil pública con la que gestiona su participación en proyectos de ocio, alrededor de 500 millones en Terra Mítica y todo su entorno, de los que apenas quedan «vivos» en el balance unos 140 entre suelo e instalaciones. Eso supone que casi tres de cada cuatro euros públicos que destinaron a la puesta en marcha de ese proyecto se han volatilizado.

Los datos oficiales de la contabilidad, a los que ha tenido acceso este periódico, no registran hasta el último euro del coste global de la inversión en el Plan Especial de Usos e Infraestructuras de Benidorm -nombre que recibía el programa que incluía la construcción del parque- al no existir una contabilidad detallada entre 1996 y 2004. Durante esos años, la empresa contabilizó unos gastos generales de 248,9 millones que todas las fuentes consultadas atribuyen en su inmensa mayoría al proyecto de Benidorm. Desde 2005 y hasta ahora, se han destinado a ese plan otros 255,5 millones. Así que, de forma global, la cantidad invertida desde la administración valenciana en las obras de construcción de Terra Mítica, vendido a la baja hace un lustro a Aqualandia, gestores de un parque acuático en Benidorm que están relanzando el proyecto; y en el desarrollo de todos los terrenos del entorno del complejo, a los que ahora se busca una solución, superaría esa cifra de 500 millones, conforme se recoge en el cuadro anexo a esta información.

La Generalitat comenzó a invertir en el parque antes, incluso, de empezar su construcción. En 1997 expropió alrededor de 10 millones de metros cuadrados con el fin de crear un gran área lúdica con Terra Mítica -el complejo ocupa sólo una décima parte de todo aquel terreno- como epicentro. La cosa fue mal desde el principio. Con una triple argumentación sobre la mesa -buena parte de esa superficie había sido arrasada por un incendio en 1992, los terrenos estaban catalogados como «no urbanizables» y la operación se calificó como de «interés general»-, la Generalitat pagó por las expropiaciones forzosas del suelo precios a la baja. Sin embargo, posteriores sentencias del TSJ le obligaron a elevar aquel desembolso en 73 millones de euros más de los previstos.

En todo aquel terreno se ubicaron campos de golf, el complejo Terra Natura, hoteles de lujo y el propio parque temático, que ocupó cerca de un millón de metros cuadrados. Junto al desembolso para disponer de la propiedad del suelo a los socios de Terra Mítica, entre ellos el Consell, la construcción del complejo les costó 377 millones, más de 60.000 millones de las antiguas pesetas. El parque temático de Benidorm se inauguró el 27 de julio de 2000 pero, en ningún momento, llegó a alcanzar ni de lejos las previsiones de negocio que se había marcado y, además, se vio envuelto de inmediato en dos investigaciones judiciales por fraude. En 2004, el parque entró en suspensión de pagos. Dos años después hubo que vender parte del suelo -216.000 metros cuadrados- en una subasta que se adjudicó Enrique Ortiz por 85 millones para afrontar una situación financiera asfixiante. Y finalmente en 2012, con Alberto Fabra ya en la Generalitat intentando reducir el peso de los grandes proyectos en las cuentas autonómicas, unas instalaciones que costaron 377 millones, que arrastraban entonces una deuda de 240 millones y en las que el Consell tenía ya sólo un 20% de participación, se traspasaron a Aqualandia por apenas 65.

Vendido el complejo de ocio a un operador privado, a la Generalitat, sin embargo, le queda por gestionar un área con nueve grandes parcelas de terreno ocupadas, entre otras infraestructuras, por las instalaciones de Terra Natura, dos conocidos hoteles de lujo -Asia Gardens y Villaitana-, un campo de golf, un helipuerto o una gasolinera. Negocios que tienen concesión de hasta 75 años por la que pagan a Proyectos Temáticos un canon anual pactado en su momento por los gestores del PP y que, en la práctica, no aporta ni beneficios ni rentabilidad de ningún tipo a la administración autonómica. Algunas de esas compensaciones por la concesión del permiso para poder ejercer la actividad no se llegan a cobrar o, como mucho, se percibían hasta aquí en especie: pases para Terra Natura, noches de hotel en esos complejos de lujo o tickets para jugar al golf. Contraprestaciones, muchas de ellas, que ni siquiera se llegan a consumir.

Así que el Consell -una vez iniciada la etapa del gobierno de coalición entre el PSPV y Compromís- ha optado por la vía de sacar a subasta el suelo del que dispone en el entorno del parque temático de Benidorm. Ya existe, incluso, una tasación que concede a esa extensión de terreno -2,7 millones de metros- un valor de unos 27 millones. La venta de ese suelo -los gestores de los negocios serán los primeros interesados en quedarse con el terreno para captar inversiones- le permitirá a la mercantil pública hacer caja para terminar infraestructuras que tiene a medias como el Centro Cultural de Benidorm -a día de hoy un amasijo de andamios y un esqueleto de cemento- y a la vez poner orden en todo ese galimatías patrimonial que la izquierda heredó de la etapa del PP.

De los alrededor de 500 millones de euros que el Consell ha llegado a gastarse en sus aportaciones a las sucesivas ampliaciones de capital, en la compra de terrenos y en infraestructuras de todo tipo, apenas tienen valor patrimonial unos 140 millones de acuerdo con el detalle de los balances contables de Proyectos Temáticos: 38,8 millones es el valor que se le atribuye a todo el suelo del entorno del parque, en 62,2 millones están cuantificadas las construcciones y en 39,1 otras instalaciones. Una enorme inversión que ha quedado reducida a algo más de una cuarta parte. Un pozo sin fondo como reflejan unas cuentas que recogen pérdidas año tras año en el Plan de Usos e Infraestructuras de Benidorm. En 2015, el último año auditado, sin ir más lejos, llegaron a 2,2 millones. El símbolo de una forma de gestión. Allí empezó todo.

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