Pedro Sánchez reivindicó ayer en Elche el papel de la militancia socialista frente a una Susana Díaz «entregada» al Gobierno del PP, asegurando que «estamos en las puertas de un nuevo PSOE», que dejará de ser «de cuatro o cinco». El exsecretario general y candidato a las primarias se mostró seguro de imponerse el próximo día 21 a la presidenta de la Junta de Andalucía, insistiendo en que su opción es «la de la militancia» y la forma de que el PSOE «siga liderando la izquierda».

El que fuera candidato socialista a presidente del Gobierno en las dos últimas elecciones generales dio una exhibición de fuerza ante su principal oponente en las primarias al convocar un acto público en el polideportivo ilicitano de Carrús, exactamente el mismo lugar en el que Susana Díaz realizó otro mitin hace dos semanas. Sánchez logró reunir en el pabellón a 1.500 personas, prácticamente el doble de asistentes que la presidenta andaluza; el recinto, de hecho, estaba lleno hasta la bandera. Además, en esta cita se incidió en la cifra de los 53.117 avales logrados para las primarias, sólo 6.200 menos de los que ha cosechado Díaz con el apoyo del aparato del partido.

En este sentido, el defenestrado secretario general hizo un símil entre esa diferencia y un encuentro de baloncesto, aseverando que «59 frente a 53 son dos triples a principios del segundo tiempo, que vamos a meter y [con ellos] ganar el partido». El discurso de Pedro Sánchez estuvo lleno de alusiones a la opción de Susana Díaz, muchas de ellas veladas, como cuando dijo que «los mismos que defendieron una única candidatura son los mismos que se han sorprendido de nuestros avales, porque no querían primarias». En otro momento del discurso incidió en esta cuestión, al recalcar que «el discurso del miedo y la mentira es el de la derecha», a la vez que dijo «no entender» que «otras candidaturas» estén «preocupadas» porque, dijo, «se haya ilusionado a la militancia».

Sánchez también se sirvió de la crítica sobreentendida a Díaz para reivindicar su gestión como secretario general del PSOE, al defender que «jamás eché el partido en brazos de la extrema izquierda, ni tampoco de la extrema derecha, y mucho menos a cambio de nada como hicieron otros». El candidato a las primarias insistió varias veces en «lo absurdo» de la abstención que posibilitó la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, y apeló a «rescatar» al partido de las consecuencias de esa decisión.

El exsecretario general hizo hincapié en que «sólo cuando el PP deje de gobernar» se podrá «regenerar la vida política de este país», y afirmó que «la historia del PP con la corrupción es como la historia interminable». Por ello, y aludiendo a los casos que afectan a su partido y que han supuesto incluso el encarcelamiento de antiguos altos cargos como el expresidente madrileño Ignacio González, instó a Rajoy a «que sea el Richard Nixon de la democracia española» y «vaya al Congreso, asuma sus responsabilidades y dimita».

Pedro Sánchez también lanzó dardos hacia la moción de censura promovida por Pablo Iglesias, recordando que «hace un año no hubiera sido necesaria». Así, agregó, entre otros aspectos, que si ahora hubiera un Gobierno socialista «ya habríamos derogado la reforma laboral y estaríamos resolviendo la cuestión territorial». El candidato a las primarias socialistas aseveró asimismo que, antes de presentar una moción de censura, «hay que negociar con los potenciales aliados, no metiéndoles el dedo en el ojo a golpe de rueda de prensa». Asimismo, afirmó que «Iglesias vive mejor con Rajoy que con un presidente socialista». No obstante, al mismo tiempo tendió la mano a los votantes de Podemos y apeló a «recuperar su confianza», dado que «nuestro adversario es el PP».

Pedro Sánchez pidió el voto en las primarias «apelando a la responsabilidad histórica con nuestros abuelos», en alusión a la dilatada historia del partido, «pero también porque quiero que mis hijas sigan votando al PSOE», incidiendo en la necesidad de ser una referencia para los jóvenes. Ése fue un aspecto al que aludieron tanto Sánchez como quienes le precedieron en el turno de palabra, como el secretario general de los socialistas en la provincia, David Cerdán, y su homólogo comarcal en el Baix Vinalopó, Alejandro Soler, entre otros.