La pugna entre Susana Díaz y Pedro Sánchez por el control de Ferraz ha elevado todavía más, si cabe, el termómetro de la tensión interna en el PSPV. Decepción en el «susanismo» por la clara derrota en la Comunidad Valenciana y por unos resultados en el conjunto de España que dejan al antiguo líder socialista con opciones de dar el «sorpasso» a la presidenta andaluza. Un recuento de avales que, además, ha desmontado por completo la teoría de la conspiración que habían deslizado los afines a Susana Díaz sobre la alta cifra de firmas cosechada por Pedro Sánchez. Y dosis de motivación para los «sanchistas» que han salido airosos de este primer envite, con todas las opciones abiertas y en el que han dejado contra las cuerdas al presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Este escenario diabólico con dos sectores enfrentados a cara de perro, en medio de duros cruces de acusaciones en redes sociales y con un partido dividido preocupa, y mucho, en la cúpula socialista valenciana: debilita el papel del PSPV en Madrid y, además, afecta a la Generalitat.
El impacto que tendrá el proceso en la estabilidad del socialismo valenciano se ha convertido en una de las claves de futuro después de confirmarse la clara victoria de Pedro Sánchez en el conjunto de la Comunidad, con más avales que sus dos rivales juntos. Tras reiterar en cualquier caso su respaldo a Susana Díaz, Ximo Puig se mostró confiado en que los efectos colaterales de la pugna socialista no afecten a la confianza de los militantes en su candidatura a la secretaría general del PSPV ni tampoco a su reelección. «Ya tomé la decisión en su momento y la mantengo, porque es bueno para los socialistas y para la Generalitat», subrayó el presidente.
Después de volver a insistir que, por encima de todo, su labor se centra «en la gestión de la Generalitat», Ximo Puig reiteró su postura en favor de Susana Díaz, al entender «que es lo mejor para la Comunidad Valenciana y para el PSOE, en ese orden», manifestó. «Y por ello continúo pensando que esa es la mejor alternativa para los valencianos», agregó. El presidente Puig, de hecho, mantendrá su estrategia de integrar a todos los sectores en el proyecto que intentará trazar de cara al congreso del PSPV que se celebrará a finales de julio. La situación, en todo caso, con una dialéctica guerracivilista y un clima de enfrentamiento, preocupa notablemente en las filas socialistas. Los «susanistas» creen que ha calado en las bases del partido la impresión de que el relato del «golpe de estado» que venden los afines a Pedro Sánchez se ha convertido, aunque sea erróneo y falso, en algo verdadero y eso ha apretado el resultado de las primarias.
Este escenario tan complicado, como admiten fuentes del PSPV, pone a los socialistas valencianos, en el supuesto de una victoria de Susana Díaz, en la tesitura de convertirse en territorio hostil para la nueva ejecutiva. Y en el caso de que gane Pedro Sánchez en una federación controlada por un dirigente que se alineó con la andaluza. Un callejón sin salida. Un panorama, entienden desde la dirección del PSPV, que limita por las dos vías la posibilidad de dar fuerza al socialismo valenciano en Madrid en un momento en el que se juegan cuestiones decisivas para la Comunidad como la financiación autonómica. Pero además, consideran estas mismas fuentes, el ruido interno tapa la acción del Consell y la explicación de toda la gestión. «Todos los que se pasan el día entero pegándose en las redes sociales no han hecho ni un tuit ni un mensaje en Facebook en defensa de la labor de la Generalitat», advierten.
