La presidenta de la Junta de Andalucía y precandidata a la secretaría general del PSOE, Susana Díaz, quiso disipar ayer cualquier atisbo de duda durante su visita a Elche Elche. Ante la atenta mirada del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la plana mayor de los cargos institucionales y orgánicos del partido en la provincia de Alicante -a excepción, como se preveía, de David Cerdán- Díaz reivindicó la construcción inmediata del Corredor Mediterráneo. «Tenemos un presidente indolente (en alusión a Mariano Rajoy) que no tiene un proyecto para España y no sabe las inversiones que necesita España. Lo que tiene que hacer, y de manera urgente, es no pagar los caprichitos de las autopistas radiales de los amigos de Aznar y dedicar todo ese dinero al Corredor Mediterráneo», sentenció entre los aplausos del público.

De esta forma, la aspirante a liderar el PSOE a nivel federal quiso rebatir las críticas que ha recibido durante las últimas semanas a raíz de su alianza con el presidente de Aragón, Francisco Javier Lambán, para reclamar más inversiones para el Corredor Central. Ayer, sin embargo, Díaz ensalzó la necesidad de impulsar el eje ferroviario del Mediterráneo. «La mitad de las exportaciones del país pasan por aquí y está en juego nuestra competitividad y el futuro de nuestro tejido empresarial», continuó.

En un discurso centrado prácticamente en el ámbito español, la presidenta andaluza hizo un par de guiños más a la Comunidad Valenciana. Uno de ellos, para censurar el actual modelo de financiación autonómica, aprobado paradójicamente en 2009 con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno. El exdirigente socialista, por cierto, se llevó ayer loas y más loas de la mayoría de los intervinientes en el mitin, incluida la propia Susana Díaz. «Siento a toda la Comunidad Valenciana como mía. Sé lo que está atravesando el presidente, igual que lo atravieso yo. Sé lo que es que te castiguen con la financiación, que nos asfixien con una financiación que no garantiza los servicios públicos y que se ponen en peligro cuando no nos dan lo que nos corresponde, cuando nos discriminan», agregó.

La segunda alusión a la Comunidad tuvo nombre y apellido: Ximo Puig. «Ha devuelto la decena a la política», sentenció, sin abundar en los casos de corrupción que han azotado las comarcas valencianas de norte a sur durante los últimos años. Hasta ahí las referencias a la autonomía. Nada más.

El resto de su intervención fue en clave nacional. Dos de las palabras que más repitió fueron «respeto» y «unidad». «Quiero que el partido salga unido porque aquí no sobra nadie», proclamó, para acto seguido subrayar: «Doy mi palabra de que si soy secretaria general del PSOE no me voy a callar y no voy a permitir que los votos socialistas sirvan para entregar este partido a nadie». Díaz, por último, también pidió «rebeldía» a los afiliados con el objetivo de «levantar» la formación y así «levantar un nuevo país».

Homenaje a Carme Chacón

La mayor parte de los dirigentes que intervinieron ayer en el acto con Susana Díaz quisieron brindar su particular homenaje a la exministra socialista Carme Chacón, fallecida el pasado 9 de abril a los 46 años. El primero en acordarse de ella fue el alcalde de Sant Joan, Jaime Albero, mientras que la propia Susana Díaz puso en valor el legado de su «compañera y amiga».