Desligar el choque que se va a producir entre los partidarios de Susana Díaz y de Pedro Sánchez de los liderazgos tanto en los municipios como en la Generalitat para preservar el poder institucional. Es cierto que el jefe del Consell y secretario general del PSPV, Ximo Puig, se ha implicado en el proceso a favor de Díaz y que la mayoría de alcaldes de grandes ciudades -el alicantino Gabriel Echávarri, el ilicitano Carlos González o el eldense Rubén Alfaro- acudieron al acto de arranque de campaña de la dirigente andaluza. Pero también es verdad que hay una notable preocupación en las filas socialistas por la lectura autonómica y local que se hará de las primarias del próximo 21 de mayo. Puig, en la entrevista que concedió a este periódico, ratificó ese aval a Susana Díaz pero garantizó que su prioridad es el Consell y que su proyecto para el PSPV, en el congreso que se celebrará antes de las vacaciones de verano, trata de integrar a todos. Vengan de donde vengan. Los alcaldes, más allá de acudir al acto con Díaz, están desplegando un papel de «perfil bajo» para intentar evitar que los daños colaterales de este proceso les acaben salpicando.

En una semana arranca la recogida de avales -el primer «round» del combate entre los dos principales candidatos a liderar el PSOE- y todos los sectores temen que las tensiones se disparen al máximo. Y se está extendiendo la sensación de que, además y junto a la batalla por Ferraz, los resultados de las urnas van a servir a la vez para empezar a ajustar cuentas de cara al congreso del PSPV, a los cónclaves comarcales ya que todo indica que van a volver a desaparecer las ejecutivas provinciales y a las asambleas locales. Los «sanchistas», en unas declaraciones del diputado José Luis Ábalos -portavoz de la candidatura y secretario provincial del PSPV en València-, ofrecen garantías de que esas batallas quedarán al margen y de que, posteriormente, no se pasarán facturas territoriales o locales en función de cada resultado.

Ábalos advirtió de que el proceso de primarias no debería «mezclarse» con las «situaciones particulares de los territorios». «No hay necesidad de ello. Aquí no estamos plebiscitando ni respaldando gestiones territoriales», aseveró. «Estar anteponiendo situaciones locales o regionales es un desprecio total a la importancia del momento que vive España y el PSOE. Es un momento creo que suficientemente importante como para no introducir ningún interés periférico ni colateral», puntualizó. El dirigente socialista hizo hincapié en la necesidad de «preservar la función» de los que ostentan alguna presidencia autonómica o una Alcaldía por «la estabilidad y la responsabilidad». Ese es el objetivo pero parece muy difícil teniendo en cuenta la espiral en la que se van a meter los socialistas.

La próxima semana llegará hasta la Comunidad la presidenta andaluza con actos en Xàtiva, Ontinyent y Elche, mientras que Pedro Sánchez, de acuerdo con fuentes «sanchistas», tiene previsto volver a València -ya ha realizado dos actos cerca de la capital del Turia con una notable capacidad de movilización- al tiempo que, asegurán, también estará en Alicante. La recogida de avales marcará el termometro de tensión que registra la batalla interna.